Sin rodeos, la película me ha parecido una mierda. ¿Qué pasa? Pues que al género en cuestión se le puede pedir más bien poquito. Así, no seré yo el que defienda lo inane de su estructura argumental y lo anodino de sus giros de guión, por trillados, pues la masa gris de la propuesta es tremendamente escasa... Cojones, ¡si hasta hablamos de un remake! Sí diré, no obstante, que al menos el director se encarga de mantener un pulso mínimamente decente, y, por ende, aburrirse es bastante difícil. Además, ver a Statham en acción siempre es un aliciente y a poco que suelte un par de hostias bien dadas uno se da por satisfecho (cosas de machos). En el caso que nos ocupa, si bien las escenas de leches no son muy numerosas, al menos cumplen con su cometido de empalmar paquetes y no se antojan epilépticas en exceso (en exceso). Ben Foster, por otro lado, hace lo que puede ante el innegable carisma de su compañero aquejado de calvicie, pero está claro que el que parte la pana es este último, de ahí la puntilla final.

Resumiendo, llegará el día, más pronto que tarde, en que "The Mechanic" y derivados, todos igual de previsibles, se marchen de vacío y apaleados por la crítica (la mía, digo), luciendo en sus fichas una nota un poco más justa para lo que ofrecen, ¿digamos un 3? Mientras tanto, claro, la culpa es del que paga, o, en su defecto, del que consume por matar el tiempo y poco más, empresa ésta perfectamente honorable, hasta cierto punto. De momento, por tanto, un 5 y a otra cosa mariposa, pues cuanto más lo pienso más ganas me entran de mandar a Simon West y compañía allá bien lejos, a la puta mierda. Suerte que ayer no estaba yo para monsergas...