Sheridan vuelve a contar con Daniel Day-Lewis para ofrecer otra historia con el IRA de trasfondo y el boxeo como metáfora. Un hombre redimido de sus pecados tras varios años entre rejas, que retoma su vida e intenta revivir su antiguo amor. La solvencia abrumadora de Lewis hace creíble un personaje férreo en su conducta y decisiones, acompañado de un elenco sobrio de secundarios al servicio de un relato sobre la determinación y firmeza para reconstruir su vida, anteponiéndose al ostracismo y el odio de los violentos.
El juego limpio en el ring que demuestra el protagonista, representa su firme actitud ante la sociedad violenta y moribunda que colea en el entorno. Lewis apuntala el relato en cada mirada y en cada golpe recibido, es el alma redentora y la lección moral para una Irlanda convaleciente y equivocada.
Estupenda Emily Watson en la réplica y sobria dirección de Jim Sheridan.