Uno realmente se pregunta viendo “Vicky Cristina Barcelona” si realmente los extranjeros se creen que Barcelona es así, con guitarristas de flamenco haciendo conciertos gratuitos en terrazas a la luz de los candiles, sin más turistas que dos estadounidenses buenorras, y con unas prostitutas que no sólo se dejan fotografiar sino que si se lo pides educadamente igual hasta te posan. Sólo he estado un fin de semana en Barcelona y lo pase metiéndome de ostias con los japoneses y demás güiris para ver el parque Güell y la Sagrada Familia (por supuesto, en obras). Cuando fui era bastante canijo, así que lo de las putas no lo recuerdo con exactitud.
Aún así me pareció una ciudad preciosa, pero diferente a lo que aquí se muestra. La Generalitat estará dando palmaditas con las orejas pensando en la caja que van a hacer con los turistas que vengan prendados de esta película.

Por lo demás un estupendo guión de Allen, de los de sonrisa perpetua y poca carcajada, una como siempre estupenda fotografía de Aguirresarobe, aprovechando la belleza del atardecer barcelonés y buenas actuaciones de todo el reparto a excepción de Penélope Cruz, cuyo talento interpretativo en este film es inversamente proporcional a lo buena que esta.