Debo reconocer que la parte final me pareció sumamente bella e interesante, pero el conjunto de "127 horas" es un mediometraje extendido a 93 minutos. Es una trama que no da para tanto minutaje y provoca que el director tenga que hacer malabarismos para tratar de hacer un largometraje con tan poca chicha.

El resultado final de todo esto, es una correcta obra, donde Boyle hace lo que puede para dar interés a una historia que no es para larga duración, con un correcto James Franco. La historia se acaba haciendo pesada (demasiadas escenas que cuentan exactamente lo mismo), aunque afortunadamente los últimos 15 minutos le dan un muy buen broche final a la misma y por ello te acaba dejando una grata sonrisa.

Recomendable para aprender cómo extender una historia simple con barroquismos de todo tipo en la sala de montaje y emocionarnos con el clímax que, sorprendentemente, Boyle consigue, por lo cual, me quito el sombrero ante él a nivel de realización.