Esta película fue un auténtico bombazo porque por aquella época todos estábamos esperando la llegada de un nuevo héroe, y la espera se hacía larga y nos jodía que tardara tanto en aparecer.
Queríamos un nuevo héroe pero palpable, también con su identidad medio secreta (como la que podíamos tener nosotros) pero sin zapatillas ni calzones ni capa; con sombrero pero sin antifaz. Un héroe que saliera del ámbito policial, de la venganza a tiros; un héroe de aventuras… De las que se sueñan de chaval.
El acierto fue pleno y ofreció mucho más incluso de lo que se podía esperar.
El personaje perfecto, entrañable, situaciones increíbles y, sobre todo, los malos más auténticos del mundo en los parajes más recónditos de la Tierra.