Esta película tenía todas las papeletas para haber sido una gran película. Pero al final es una guarrería de peliculita.
El empiece es interesante pero enseguida se adentra en el rollo adolescente y se pierde entre bastidores con unos diálogos de lo más chapuceros y ridículos.
Samu Jackson intenta subir el bajo nivel que da el protagonista a la acción y cumple, al igual que la muchacha. Jamie Bell (alias Billy Elliot, tambien conocido como Jaimito Campana) cumple en su papel absurdo de cazador de paladines sin ninguna credibilidad, pero el argumento es lioso e incomprensible y hasta un poquitín tonto, bueno... bastante tonto.

Además, la ausencia de Guillermo Toledo, el auténtico Paladín, el Protector de la Luz Sagrada en el anuncio de televisión, es signo de la falta de seriedad de los responsables de esta cinta que recomiendo que se la salte la gente para aprovechar el tiempo en otras cosas.