Nos encontramos aquí al señor Selleck quién por lo visto pudo tener más presencia en el mundo del celuloide, fue uno de los posibles candidatos para el papel de Indiana Jones, pero no pudo ser. Aquí nos lo encontramos en menesteres más humildes como policía en la sección robótica.
Esta sección se encarga de los robots ideados para labores caseras y la película es, por ejemplo, la madre de Yo, robot. Ni más ni menos.
Nos extrañaremos con cosas como que agricultores en vez de llamar a un técnico en reparaciones tenga que andar llamando a la policía cuando uno de sus robot que se dedica a eliminar insectos de las cepas se averíe, y más si tenemos la impresión que de una sencilla y rápida patada podemos enviarlo a la mierda, pero en otros casos la avería es un rebote que se cogen y se vuelven muy peligrosos porque, no sabemos la razón, alguno va equipado con lanza láser.
Aquí la historia es interesante si bien por ver al policía enfrentarse al criminal como por la incidencia del padecimiento del vértigo que sufre, y luego el conseguido ambiente familiar que rodea la relación de dicho policía (Tom Selleck) con su compañera de fatigas. Una relación sincera, muy bonita, de buenas vibraciones y buen feeling; por tanto la película es agradable de ver.