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Antonio Morales rating:
8
Drama. Thriller Story of an inventor who, suffering betrayal in life, makes a career of it by becoming a clown whose act consists of getting slapped by all the other clowns. He falls in love with another circus performer, and those who betrayed him enter his life yet again.
Language of the review:
  • es
February 11, 2017
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El cine mudo, no desapareció en 1927, cuando llegó el sonoro con “El cantor de Jazz”, sino que ha perdurado en el tiempo hasta nuestros días, con excelentes ediciones remasterizadas para nuevos públicos y aficionados en DVD, o gracias a la experimentación como el cineasta Michel Hazanavicius con su aclamada “The artist” que hace 4 años arrasó en los Oscars, volviéndose a poner de moda para los jóvenes cinéfilos. Entre las grandes películas del periodo destaca “El que recibe el bofetón”, cuyo valor artístico permanece incólume. Este conmovedor film de escasos 70 minutos, es una profunda reflexión sobre el engaño y la humillación a la que se ve sometido un científico, cruelmente traicionado por su amada esposa y su adinerado benefactor en una tesis de investigación.

Victor Sjöström fue uno de los grandes del cine sueco y principal figura de la cinematografía escandinava, una de las más avanzadas e interesantes de principios del cine. Siendo su fama más allá de sus fronteras, fue requerido por la industria de Hollywood ante su gran talento, siendo contratado por Samuel Goldwyn, poco antes de la creación de la MGM. Una vez allí cambió su apellido por Seastrom (más asequible a la lengua inglesa), ésta fue su segunda película, y gozó de un gran presupuesto con estrellas de primer orden. Era la adaptación de una obra exitosa de Broadway escrita por Leonid Andreyev. Narra como Paul Beamon (Lon Chaney), científico francés, realiza una tesis sobre el origen de la humanidad gracias a la ayuda económica de su supuesto benefactor el Barón Regnard quien en complicidad con su amante y esposa de Paul le roba la tesis.

Al no ser creído por la Academia y reírse de él, junto a la infidelidad conyugal se siente completamente abatido y decide dar un giro a su vida, riéndose de todo lo que le rodea, incluso de sí mismo. Renunciando a su identidad es contratado como payaso en un pequeño circo cerca de París. Una vez en el circo se cruza con el acróbata Bezano (John Gilbert) que ama a Consuelo (Norma Shearer), la hija de un aristócrata venido a menos, ella es la única que apoya a Paul, haciendo honor a su nombre, aunque el destino quiere que vuelva a aparecer el siniestro Barón Regnard (Marc McDermott) surgiendo nuevos conflictos. Pero como aparece en el prólogo del film: “En la inexorable comedia de la vida, quien ríe el último ríe mejor”.

El film es una obra muy notable, tanto en lo visual como en la vertiente dramática, una combinación de amargura y masoquismo que contribuye a reforzar ese aura del “Clown” triste, aunque impermeable en sus emociones para no perturbar el deleite del público. En medio de su tragedia personal el director sueco destaca con ironía la insana jocosidad de la multitud que acude al circo atraído especialmente por el número de la multitud de payasos que abofetean al protagonista, como una muestra del sadismo y la crueldad que la sociedad encierra. En el aspecto visual, el cineasta crea un original “leitmotiv” centrado en la figura del círculo y la esfera. El movimiento rotativo, sin principio ni fin, aludiendo a los eternos giros de la existencia, al devenir incesante de los acontecimientos. Otro de los recursos técnicos destacables son las elipsis y los encadenados, todo ello va creando un clima especial de luz y ambiente malsano, mediante una fotografía naturalista diferente del “look” habitual de la MGM. Notable film de momentos mágicos hechos de emoción y lirismo, característicos del mejor cine mudo.
Antonio Morales
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