Click here to copy URL
Antonio Morales rating:
8
Western A cadre of men employed by powerful strip-miner Coy LaHood (Richard Dysart) rides into a small mining encampment and begins shooting up the place. One of the terrorists kills the dog of young Megan Wheeler's (Sydney Penny). As Megan buries her pet, she says a prayer, begging the Lord to send someone to defend them. Later Megan sits with her widowed mother (Carrie Snodgress) and reads from the Bible: "And I saw, and behold, a pale horse, ... [+]
Language of the review:
  • es
February 11, 2014
4 of 4 users found this review helpful
Cada nueva revisión de cualquier película de Eastwood como director, o ya en el terreno del western, desde “El fuera de la ley”, evidencia que aquella vieja silueta de los films de Sergio Leone, el del sombrero calado, el poncho y el cigarro entre los labios, parco en palabras, era un cineasta con muchas cosas que decir y de indudable interés. Un puñado de obras maestras jalonan su historial tras las cámaras, muy cerca de ellas se encuentra este western que nos ocupa. Se ha hablado de esta película como un western religioso. Cabe con más propiedad hablar de un western bíblico, La Biblia y sus pasajes que tantas veces aparecen en el western, cobran aquí especial significado.

Eastwood reunió elementos dramáticos del más puro western (el conflicto entre los poderosos y los independientes; el enfrentamiento entre los pistoleros y la gente pacífica y el tema de la venganza), con otros absolutamente modernos, deudores del cine fantástico y de la novela gótica, que se personifican en la enigmática figura del protagonista y también en el tratamiento de las imágenes, rodadas a veces con el tenebrismo y una ambigüedad propias del cine de terror, hecho al que no resulta ajena la novedosa fotografía, iluminada casi siempre a contraluz y con pronunciados claroscuros que hacen posible un clima onírico y fantasmal en el que el peso de la realidad es puesto continuamente en duda. Esa fantasmagoría latente la transmite la magnífica fotografía de Bruce Surtees.

Podría decirse a groso modo que “El jinete pálido” en mi opinión es un western abstracto, un “remake” no confesado de la mítica “Raíces profundas” de George Stevens. Contiene su mismo esquema argumental: un misterioso sujeto, mitad predicador, mitad pistolero de infalible puntería, llega como caído del cielo, para atender los ruegos de una jovencita y ayudar a su familia, buscadores de oro amenazados por el malvado de turno. Sólo que el tono es más sombrío que en el film de Stevens y su protagonista, mucho más azotado de un aura sobrenatural, como venido del más allá. Eastwood es actualmente uno de los mejores autores del cine americano, el cine corre por sus venas, mientras su columna vertebral sustenta toda la mítica de la que se componen los viejos clásicos. Algún tic de Sergio Leone y un par de rasgos de Kurosawa, configuran que el conjunto resulte atractivo, sin el calado ni el rigor de “Sin perdón” y sometido a un ligero baño de ironía, no desmerece en absoluto recomendarla para todos los amantes del cine.
Antonio Morales
Did you find this review interesting and/or helpful?
arrow