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javiperillas rating:
9
8.0
158,410
Sci-Fi. Thriller. Mystery. Action
Dom Cobb (Leonardo DiCaprio) is a skilled thief, the absolute best in the dangerous art of extraction, stealing valuable secrets from deep within the subconscious during the dream state, when the mind is at its most vulnerable. Cobb's rare ability has made him a coveted player in this treacherous new world of corporate espionage, but it has also made him an international fugitive and cost him everything he has ever loved. Now Cobb is ... [+]
Language of the review:
- es
June 27, 2012
6 of 8 users found this review helpful
Mucho se ha dicho ya sobre esta película, mucho sobre sus sueños dentro de sueños dentro de sueños. Ya se ha convertido en un meme, incluso. Pero, citando a Dom Cobb, "sólo hay que profundizar más". Sí, es cierto, es el entramado de sueños lo que hace de esta película lo que es, pero cuando te paras a mirarlo... en realidad eso es sólo el contexto.
Paso a spoilers a continuación, para los que aún no la hayan visto.
Paso a spoilers a continuación, para los que aún no la hayan visto.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
¿Qué es lo que de verdad hace avanzar la historia? ¿La implantación de Origen en una mente humana? Posiblemente sí, a fin de cuentas es el argumento central de la película; pero si sólo tuviéramos eso, estaríamos viendo la historia de un equipo de soñadores que, si son buenos, consiguen su objetivo, y si son malos, fracasan estrepitosamente.
Y sin embargo tenemos algo más, ¿verdad? Tenemos esa oscura historia de Dom Cobb que no para de interferir con el trabajo. Tenemos a Mal, y la oculta razón por la que Cobb no puede crear sus propios laberintos.
Esa es la verdadera historia, a mi parecer. Y mientras estamos distraídos viendo cómo los sueños se entrelazan, cómo juegan con el tiempo y cómo lo que ocurre en un sueño afecta a los demás, nos cuentan lo otro con tal naturalidad que no nos damos cuenta.
La historia de Dom y Mal es una historia compleja. Nos la cuentan tres veces, y siempre que lo hacen nos cuentan la verdad; pero nunca es toda la verdad. Así, por ejemplo, empezamos sabiendo que Mal murió y que acusaron a Dom de ello. Luego nos enteramos de cómo murió Mal, de por qué Dom es sospechoso, y de hasta qué punto llegaron en el sueño. Pero no es hasta el último nivel, hasta el mismísimo limbo, que nos enteramos por fin de qué fue lo que lo causó todo. Y en ese momento, todas las piezas (el convencimiento de Dom de que Origen es posible, la peonza de Mal, la historia del tren) encajan de una manera que, hasta el momento, creíamos haber visto.
Origen es una película arriesgada (todas las que tienen un final abierto lo son, y más cuando juegan con reglas propias). Quizás no es la más original de todas, porque la idea que nos cuentan pueda ser parecida a algo que ya hayamos visto miles de veces; pero eso se debe, simple y llanamente, a que ya está todo contado. Es cómo lo cuentes lo que cambia la historia. Roger Rabbitt sería una simple historia de género negro si no fuese por la temática dibu; Ace Ventura podría ser sólo una comedia absurda sobre un gilipollas si no fuera por la trama detectivesca; Scott Pilgrim podría no haber pasado de ser una historia de amor si no hubiera tenido esa estética videojueguera. Y eso, por poner ejemplos que no tienen (lo reconozco) nada que ver con Origen.
Hay que verla queriendo pensar. Si ese es el caso, sales satisfecho.
Y sin embargo tenemos algo más, ¿verdad? Tenemos esa oscura historia de Dom Cobb que no para de interferir con el trabajo. Tenemos a Mal, y la oculta razón por la que Cobb no puede crear sus propios laberintos.
Esa es la verdadera historia, a mi parecer. Y mientras estamos distraídos viendo cómo los sueños se entrelazan, cómo juegan con el tiempo y cómo lo que ocurre en un sueño afecta a los demás, nos cuentan lo otro con tal naturalidad que no nos damos cuenta.
La historia de Dom y Mal es una historia compleja. Nos la cuentan tres veces, y siempre que lo hacen nos cuentan la verdad; pero nunca es toda la verdad. Así, por ejemplo, empezamos sabiendo que Mal murió y que acusaron a Dom de ello. Luego nos enteramos de cómo murió Mal, de por qué Dom es sospechoso, y de hasta qué punto llegaron en el sueño. Pero no es hasta el último nivel, hasta el mismísimo limbo, que nos enteramos por fin de qué fue lo que lo causó todo. Y en ese momento, todas las piezas (el convencimiento de Dom de que Origen es posible, la peonza de Mal, la historia del tren) encajan de una manera que, hasta el momento, creíamos haber visto.
Origen es una película arriesgada (todas las que tienen un final abierto lo son, y más cuando juegan con reglas propias). Quizás no es la más original de todas, porque la idea que nos cuentan pueda ser parecida a algo que ya hayamos visto miles de veces; pero eso se debe, simple y llanamente, a que ya está todo contado. Es cómo lo cuentes lo que cambia la historia. Roger Rabbitt sería una simple historia de género negro si no fuese por la temática dibu; Ace Ventura podría ser sólo una comedia absurda sobre un gilipollas si no fuera por la trama detectivesca; Scott Pilgrim podría no haber pasado de ser una historia de amor si no hubiera tenido esa estética videojueguera. Y eso, por poner ejemplos que no tienen (lo reconozco) nada que ver con Origen.
Hay que verla queriendo pensar. Si ese es el caso, sales satisfecho.