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KRIVO rating:
8
6.6
21,987
Drama. Action
A group of P.O.W.s at a German prison camp agree to compete against Nazi soccer players in this World War II drama set in 1943 Occupied Europe. German Major Karl von Steiner, who played soccer professionally before the war, comes up with the idea. When his superior officers find out about the competition, they pit the Allies against Germany's best team -- but they don't realize that the P.O.W.s plan to use the upcoming big game as a ... [+]
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- es
February 14, 2020
1 of 1 users found this review helpful
"Fuga a la Victoria" (con este nombre estrenada en Sudamérica) la considero un notable divertimento, sin mayores pretensiones cinematográficas, aunque dentro de los cánones de una súper producción. No hay que analizarla como cine bélico-histórico o carcelario. Ni desde la perspectiva del fútbol, técnicamente hablando. Si así se hace, la película del renombrado John Huston tiene algunos reparos (que dejo en spoiler).
Creo que debe enfocarse como un admirable producto de entretención, con una trama ficticia, aunque con la referencia histórica del llamado "Partido de la Muerte" de 1942. Éste se jugó entre un combinado de ex jugadores del Dinamo y el Lokomotiv de Kiev (el FC Start) y un equipo de oficiales y soldados nazis (el Flakelf), ocurrido en el Zenit Stadio de la capital de Ucrania. Las tribunas estaban ocupadas por oficiales nazis y las galerías, por miles de ucranianos, custodiados por alambres de espino y cientos de soldados. Pero el desenlace fue muy distinto al de la película (spoiler).
La cinta de Huston es una de las mejores películas -si no la mejor- con el fútbol como protagonista.
De magnífica factura y muy entretenida, está orientada a pasar un rato agradable y si el público es aficionado al deporte del balón, mejor aún. Presenta un formidable comienzo y ambientación de época, escenas ferroviarias, de túneles, intentos de fuga y el mismo campo de prisioneros, que recuerdan claramente a la inolvidable "El Gran Escape".
Una analogía: en aquel clásico del '63, el espectáculo máximo de la película es la huida en motocicleta de Steve Mc Queen. Aquí, es el partido de fútbol y un gol de antología de Pelé.
Espléndida banda sonora a cargo de Bill Conti (con reminiscencias de Shostakovich se ha dicho por ahí), con los énfasis y matices adecuados según las diferentes escenas. Destaco también los buenos diálogos, con tono de seriedad, entre los dos antagonistas militares, de sólidas interpretaciones ambos. Michael Caine, como el oficial inglés que hace de entrenador y capitán del equipo de fútbol aliado (aunque excedido en kilos para ser un futbolista que "solo ha interrumpido su carrera por culpa de la guerra") y Max von Sydow, como el mayor alemán, también ex-jugador, quien muestra su entusiasmo futbolero, primero con la idea del partido y después al persuadir a los altos jerarcas nazis para realizar el famoso match contra los prisioneros aliados. Son los propios jefes nazis quienes deciden llevar el partido a París y utilizarlo como elemento de propaganda.
O las conversaciones por separado de Colby (Caine) y de Hatch (Stallone) con los líderes del comité de fugas, discutiendo el tema del escape.
Por otra parte, llama la atención el momento con los prisioneros-jugadores que vienen de Europa Oriental, en precarias condiciones físicas, a integrar el combinado aliado. Se logra ahí un buen chispazo de dramatismo y elementos para la reflexión.
Pero -cómo no- el alma de la película es el partido de fútbol. Se disfruta en grande con las escenas deportivas, bien coreografiadas, salvo alguna excepción por ahí (atribuible a los códigos del cine comercial, tal vez), y dirigidas a la más genuina entretención. Si lo enfocamos como puro espectáculo y somos generosos, le damos credibilidad al encuentro. Indudablemente tiene gran ritmo, con un público entregado y un clima de emotividad, que va en aumento hasta el apoteósico final.
Los jugadores no actúan (aunque Pelé se esfuerza y tiene unas líneas de diálogo), porque ese no es su rol y así hay que entenderlo. Ellos están en la película para lucirse en lo suyo, con la pelota en la cancha. Y es en su oficio donde hacen su gran aporte. ¿O alguien pretende que, en lugar de jugadores de fútbol reales, hubieran puesto a actores jugando al fútbol? ¡Por favor! Mejor no hacer la película.
En ese sentido, la principal atracción es, sin duda, ver en acción al considerado todavía -por muchísimos aficionados, incluyéndome- como el mejor futbolista de todos los tiempos, el brasileño Pelé. Pese a estar retirado del profesionalismo al momento de la filmación, muestra un buen estado atlético y futbolístico. Llena la pantalla con algunas filigranas propias de su magia futbolística y un gol de chilena, muy bien filmado. Otros que destacan son el movedizo y hábil argentino Osvaldo Ardiles, aún activo por esos años (gran jugada para otro golazo), el defensa inglés Bobby Moore, que se despacha su golcito después de una bien urdida acción de su equipo, el técnico mediocampista polaco Kazimierz Deyna, el delantero belga Paul van Himst y varios más. Y es por eso que se hacen muy evidentes las carencias futbolísticas de Stallone y de Caine, al ser los dos únicos "jugadores" del equipo aliado que no eran futbolistas en la vida real.
¿Stallone de arquero? Un chiste, pero claro, debía ser incluido en el equipo, ya que estaba implicado en el plan de fuga. Ellos, junto a Von Sydow, son las estrellas cinematográficas de la cinta. Stallone, cumple una más que correcta interpretación (hasta carismática), ámbito en el que esas dotes siempre le han sido esquivas.
.
He visto la película un par de veces, y de nuevo ahora último con mis hijos en edad escolar, y le perdono algunos errores y cierta atmósfera de ingenuidad en determinados momentos. También ellos se han entretenido de lo lindo con la cinta y vibrado en la última media hora y con ese conmovedor y épico final, bajo los sones de la inmortal Marsellesa, con 50.000 espectadores cantando a todo pulmón.
Aunque dicen que no sabía nada de fútbol, John Huston tenía que aprovechar ese plantel de grandes jugadores en la cancha e hizo lo que sabía hacer muy bien y lo correcto. Filmar con solvencia y pulso firme una atrayente historia, enfocándose en el cine como espectáculo, logrando ficcionar un partido emocionante y para el recuerdo.
Por eso mi puntuación de 8, por este producto de entretención muy bien realizado.
Creo que debe enfocarse como un admirable producto de entretención, con una trama ficticia, aunque con la referencia histórica del llamado "Partido de la Muerte" de 1942. Éste se jugó entre un combinado de ex jugadores del Dinamo y el Lokomotiv de Kiev (el FC Start) y un equipo de oficiales y soldados nazis (el Flakelf), ocurrido en el Zenit Stadio de la capital de Ucrania. Las tribunas estaban ocupadas por oficiales nazis y las galerías, por miles de ucranianos, custodiados por alambres de espino y cientos de soldados. Pero el desenlace fue muy distinto al de la película (spoiler).
La cinta de Huston es una de las mejores películas -si no la mejor- con el fútbol como protagonista.
De magnífica factura y muy entretenida, está orientada a pasar un rato agradable y si el público es aficionado al deporte del balón, mejor aún. Presenta un formidable comienzo y ambientación de época, escenas ferroviarias, de túneles, intentos de fuga y el mismo campo de prisioneros, que recuerdan claramente a la inolvidable "El Gran Escape".
Una analogía: en aquel clásico del '63, el espectáculo máximo de la película es la huida en motocicleta de Steve Mc Queen. Aquí, es el partido de fútbol y un gol de antología de Pelé.
Espléndida banda sonora a cargo de Bill Conti (con reminiscencias de Shostakovich se ha dicho por ahí), con los énfasis y matices adecuados según las diferentes escenas. Destaco también los buenos diálogos, con tono de seriedad, entre los dos antagonistas militares, de sólidas interpretaciones ambos. Michael Caine, como el oficial inglés que hace de entrenador y capitán del equipo de fútbol aliado (aunque excedido en kilos para ser un futbolista que "solo ha interrumpido su carrera por culpa de la guerra") y Max von Sydow, como el mayor alemán, también ex-jugador, quien muestra su entusiasmo futbolero, primero con la idea del partido y después al persuadir a los altos jerarcas nazis para realizar el famoso match contra los prisioneros aliados. Son los propios jefes nazis quienes deciden llevar el partido a París y utilizarlo como elemento de propaganda.
O las conversaciones por separado de Colby (Caine) y de Hatch (Stallone) con los líderes del comité de fugas, discutiendo el tema del escape.
Por otra parte, llama la atención el momento con los prisioneros-jugadores que vienen de Europa Oriental, en precarias condiciones físicas, a integrar el combinado aliado. Se logra ahí un buen chispazo de dramatismo y elementos para la reflexión.
Pero -cómo no- el alma de la película es el partido de fútbol. Se disfruta en grande con las escenas deportivas, bien coreografiadas, salvo alguna excepción por ahí (atribuible a los códigos del cine comercial, tal vez), y dirigidas a la más genuina entretención. Si lo enfocamos como puro espectáculo y somos generosos, le damos credibilidad al encuentro. Indudablemente tiene gran ritmo, con un público entregado y un clima de emotividad, que va en aumento hasta el apoteósico final.
Los jugadores no actúan (aunque Pelé se esfuerza y tiene unas líneas de diálogo), porque ese no es su rol y así hay que entenderlo. Ellos están en la película para lucirse en lo suyo, con la pelota en la cancha. Y es en su oficio donde hacen su gran aporte. ¿O alguien pretende que, en lugar de jugadores de fútbol reales, hubieran puesto a actores jugando al fútbol? ¡Por favor! Mejor no hacer la película.
En ese sentido, la principal atracción es, sin duda, ver en acción al considerado todavía -por muchísimos aficionados, incluyéndome- como el mejor futbolista de todos los tiempos, el brasileño Pelé. Pese a estar retirado del profesionalismo al momento de la filmación, muestra un buen estado atlético y futbolístico. Llena la pantalla con algunas filigranas propias de su magia futbolística y un gol de chilena, muy bien filmado. Otros que destacan son el movedizo y hábil argentino Osvaldo Ardiles, aún activo por esos años (gran jugada para otro golazo), el defensa inglés Bobby Moore, que se despacha su golcito después de una bien urdida acción de su equipo, el técnico mediocampista polaco Kazimierz Deyna, el delantero belga Paul van Himst y varios más. Y es por eso que se hacen muy evidentes las carencias futbolísticas de Stallone y de Caine, al ser los dos únicos "jugadores" del equipo aliado que no eran futbolistas en la vida real.
¿Stallone de arquero? Un chiste, pero claro, debía ser incluido en el equipo, ya que estaba implicado en el plan de fuga. Ellos, junto a Von Sydow, son las estrellas cinematográficas de la cinta. Stallone, cumple una más que correcta interpretación (hasta carismática), ámbito en el que esas dotes siempre le han sido esquivas.
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He visto la película un par de veces, y de nuevo ahora último con mis hijos en edad escolar, y le perdono algunos errores y cierta atmósfera de ingenuidad en determinados momentos. También ellos se han entretenido de lo lindo con la cinta y vibrado en la última media hora y con ese conmovedor y épico final, bajo los sones de la inmortal Marsellesa, con 50.000 espectadores cantando a todo pulmón.
Aunque dicen que no sabía nada de fútbol, John Huston tenía que aprovechar ese plantel de grandes jugadores en la cancha e hizo lo que sabía hacer muy bien y lo correcto. Filmar con solvencia y pulso firme una atrayente historia, enfocándose en el cine como espectáculo, logrando ficcionar un partido emocionante y para el recuerdo.
Por eso mi puntuación de 8, por este producto de entretención muy bien realizado.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
Muy difícil dilema aquel que enfrentaron los aliados: o escaparse en el entretiempo o seguir jugando el partido. Optaron por lo segundo, incluso estando a la entrada del túnel ya terminado, se devuelven a la cancha. Algo inverosímil si fuera la vida real. Cuando vimos la película juntos, mi hijo de 10 años me dijo, "Papá, yo habría preferido escapar". Pero se entiende que fue una licencia para darle mayor emoción al desenlace de la película y que puede explicarse con el épico final, con la fuga masiva de los aliados y el público derribando las rejas y portones del estadio, ante la impotencia de unos soldados alemanes sorprendidos e irresolutos. Ahí se justificó haberse quedado para terminar el encuentro: de todas maneras se escaparon, camuflados entre el público, aunque no podían saber que sería de esa forma.
Final afortunado este del Estadio Colombes de París (aunque el partido, en realidad se filmó en un viejo estadio de Budapest, Hungría). Desenlace bastante alejado de aquel partido histórico del '42 en que se basa (libremente) la película, en el cual el FC Start, equipo integrado por ex jugadores ucranianos, derrotó al combinado alemán. Varios de los jugadores soviéticos fueron después detenidos, torturados y deportados a campos de concentración. Algunos murieron antes de que Kiev fuera liberada de los nazis el 6 de noviembre de 1943 y otros se salvaron escondidos entre la población civil.
Otro detalle también poco creíble. El hecho de que un prisionero de guerra (Stallone) en un Campo de Prisioneros, pueda huir del recinto y después retornar a él, dejándose capturar (símil de Mc Queen en "El Gran Escape"). Claro, debe hacerlo para difundir entre sus compañeros la información relativa al plan de fuga organizado en conjunto con los miembros de la Resistencia francesa, en la cual también figura una mujer: correcta interpretación de Carole Laure.
Nuevamente mi hijo, aquí me dejó casi sin respuesta, al preguntarme por qué Hatch (Stallone) no se quedó afuera, viviendo en libertad y para qué retornó al lugar de reclusión.
El desarrollo mismo del partido, si bien es muy entretenido, de rápidas jugadas, grandes goles y da gusto ver a brillantes jugadores en la cancha, tiene mucho sabor hollywoodense. Presenta situaciones poco probables futbolísticamente hablando (aunque no imposibles).
Como la gran remontada de los aliados en el marcador, jugando buena parte del match con un hombre menos (la estrella del equipo) y el árbitro en contra. Del 0-4 casi terminando el 1er. tiempo, los aliados logran el empate final, en el 2° lapso.
O el penal de último minuto atajado por un portero que no lo era y frente a la máxima figura del cuadro alemán (Ardiles dijo en entrevistas posteriores, que Stallone necesitó 34 tomas para esa jugada final). Y después de atajar (con su típico rictus bucal), Sylvester devuelve de inmediato la pelota hacia el centro del campo (aunque vean cómo le pega al balón), entregándose a la fervorosa celebración con sus compañeros. Pero no se muestra ni menos se escucha el pitazo final. Incluso los alemanes, si reanudaban rápidamente el juego, podían anotar el 5° gol y ganaban el encuentro, antes de la invasión del público a la cancha, jajaja...
Detalles e ironía para cinéfilos-futboleros, que saben disfrutar esta película de culto.
Final afortunado este del Estadio Colombes de París (aunque el partido, en realidad se filmó en un viejo estadio de Budapest, Hungría). Desenlace bastante alejado de aquel partido histórico del '42 en que se basa (libremente) la película, en el cual el FC Start, equipo integrado por ex jugadores ucranianos, derrotó al combinado alemán. Varios de los jugadores soviéticos fueron después detenidos, torturados y deportados a campos de concentración. Algunos murieron antes de que Kiev fuera liberada de los nazis el 6 de noviembre de 1943 y otros se salvaron escondidos entre la población civil.
Otro detalle también poco creíble. El hecho de que un prisionero de guerra (Stallone) en un Campo de Prisioneros, pueda huir del recinto y después retornar a él, dejándose capturar (símil de Mc Queen en "El Gran Escape"). Claro, debe hacerlo para difundir entre sus compañeros la información relativa al plan de fuga organizado en conjunto con los miembros de la Resistencia francesa, en la cual también figura una mujer: correcta interpretación de Carole Laure.
Nuevamente mi hijo, aquí me dejó casi sin respuesta, al preguntarme por qué Hatch (Stallone) no se quedó afuera, viviendo en libertad y para qué retornó al lugar de reclusión.
El desarrollo mismo del partido, si bien es muy entretenido, de rápidas jugadas, grandes goles y da gusto ver a brillantes jugadores en la cancha, tiene mucho sabor hollywoodense. Presenta situaciones poco probables futbolísticamente hablando (aunque no imposibles).
Como la gran remontada de los aliados en el marcador, jugando buena parte del match con un hombre menos (la estrella del equipo) y el árbitro en contra. Del 0-4 casi terminando el 1er. tiempo, los aliados logran el empate final, en el 2° lapso.
O el penal de último minuto atajado por un portero que no lo era y frente a la máxima figura del cuadro alemán (Ardiles dijo en entrevistas posteriores, que Stallone necesitó 34 tomas para esa jugada final). Y después de atajar (con su típico rictus bucal), Sylvester devuelve de inmediato la pelota hacia el centro del campo (aunque vean cómo le pega al balón), entregándose a la fervorosa celebración con sus compañeros. Pero no se muestra ni menos se escucha el pitazo final. Incluso los alemanes, si reanudaban rápidamente el juego, podían anotar el 5° gol y ganaban el encuentro, antes de la invasión del público a la cancha, jajaja...
Detalles e ironía para cinéfilos-futboleros, que saben disfrutar esta película de culto.