Los anuncios muchas veces engañan y esta vez no fue una excepción. Parece que el cine español sigue teniendo muchos problemas. Una vez superan (para mí, los principales problemas) de la temática cutre, pocos recursos y casposidad, caen en uno de los mayores fallos que hay en el cine mundial: el guion.

La fotografía, he de decirlo, se la han currado. Es impecable, los paisajes son magníficos. Sin embargo, la historia no cuenta nada, hay agujeros y no tiene ninguna premisa evidente.

Las actuaciones, en la mayoría de los casos, son consistentes, aunque muchas veces suena a cascado y parece que o no saben actuar o están leyendo el guion:partes donde no se modula la voz ni se ponen entnaciones.

Los personajes son todos muy planos. No te identificas con ninguno, no hay un desarrollo y fíjate que eso es difícil teniendo sólo a 8 personas cuyo número va disminuyendo. Aunque agradecí que no fuera tan casposo de meter una escena de sexo o desnudo femenino con calzador.

Los efectos especiales no están mal, pero algunas veces, como en las cabras, se nota demasiado que son ordenador.

Así, es un fallo gordísimo. Aquí el cine español quiso dar un golpe en la mesa con un High Concept tan potente como es que las personas van desapareciendo que la jodieron con un guion pobre, lleno de agujeros, personajes planos y actuaciones normaluchas. Muchas veces parecía que sólo les interesaba mostrar una fotografía bonita, pero el cine es algo más que foto y, dicho sea de paso, prefiero un guión consistente que no un High Concept que se tambalea.