El sr. Scorsese tiene la valentía de filmar una historia en la que los perseguidos son cristianos y los perseguidores budistas. Ello va tan a la contra de la difusa ideología hoy dominante, que no sé ni cómo consiguió financiación.

Le felicito por la valentía y la producción (muy ajustada de presupuesto, según leí).

Y aún tiene una valentía mayor: la de intentar exponer los conflictos espirituales de personajes muy diferentes no solo de los predicadores del laicismo, sino también de los católicos occidentales de hoy. En este sentido, Henry James escribió en una carta a una escritora de novelas históricas: "Lo más importante es casi imposible de hacer...quiero decir, la representación de la antigua CONSCIENCIA, del alma, el sentido, el horizonte, la visión de individuos en cuyas mentes eran inexistentes la mitad de las cosas que nos hacen, que hacen el mundo moderno..."

Scorsese intenta exponer aquellos conflictos pero, ¿lo consigue? Tengo mis dudas; estos jesuitas me parecen demasiado anclados en este mundo y demasiado dudosos del otro. Con tal mentalidad, no hubiera tenido sentido ir las misiones, creo.

Bueno, me voy por las ramas. La película tiene cosas muy buenas: las interpretaciones, la fotografía (esas nieblas taiwanesas...), pero el sr. Scorsese se deja llevar de su tendencia a la repetición y de su obsesión por explicarlo todo, lo cual le lleva al abuso de la voz en off. Y del ritmo, qué decir. La parte central se hace eterna y la final se despacha rapidísimamente, como si se estuvieran acabando el metraje y el presupuesto.

Así que a mí me gusto, pero yo soy católico y me gusta el cine plasta. Estimado filmaffinitista, si no cumples alguno de estos requisitos, me temo que la película te aburrirá.