Buena y digna pre-cuela de uno de los personajes más inquietantes y terroríficos de la ficción del séptimo arte, Hannibal Lecter. Anthony Hopkins vuelve a enfundarse (de momento, por última vez, crucemos los dedos para que el regusto sea agradable) en la piel del caníbal más refinado de todos los tiempos.

Brett Ratner cuenta para la operación con un reparto excelente, donde destaca un muy solvente Edward Norton como el inteligente policía Graham, un hombre capaz de meterse en la mente de verdaderos monstruos, para pensar como ellos. Le acompaña, como antagonista, un Ralph Fiennes realmente bestial y que juega un atinado contraste con el dulce personaje de Emily Watson.

La película carece la sutil elegancia de "El silencio de los corderos", pero, bajo mi modesto juicio, queda más redonda que "Hannibal" y cuenta con un extraordinario elenco de secundarios, donde me gustaría destacar a Harvey Keitel como Crawford. Por desgracia, daría la de arena con un Philip Seymour Hoffman muy tristemente desaprovechado como un periodista sensacionalista sin aristas, tener a tan buen actor sin darle un bocado de mayor enjundia, es malgastar talento.

Con interesante guiño al final, un excelente opening y buenos momentos ya conocidos para los seguidores de la saga, "El dragón rojo" es un digno epílogo a una saga fascinante e irregular.