Fue un tren al que un joven, talentoso y problemático actor, supo agarrarse. Era el momento y el lugar apropiado. Robert Downey Junior convirtió al genial Charles Chaplin en su amigo íntimo desde la cercana lejanía, observando los vídeos de uno de esos creadores que junta en una misma persona, al director, el intérprete y el género. Nunca habrá otro Charlot, por lo cual, es injusto censurar el intento de Richar Attenborough por no poder contar toda una vida azarosa y repleta de dificultades, éxito e imaginación.

Con Downey a la cabeza, hemos de destacar la presencia de Geraldine Chaplin, disfrutando de la oportunidad de hacer de un miembro de su familia, todo un lujo. Por supuesto, el gran Anthony Hopkins, en uno de los momentos más dulces de su carrera. Estrenada en 1992, esta mirada a la intimidad del artista, es una pequeña, pero deslumbrante joya que los aficionados no deberán perderse.

Asimismo, llama la atención el peso de lo femenino, pero, la mujer estuvo omnipresente en el cineasta, y, no llego a pensar que estemos ante un film amarillento o que busque los líos de falta. Todo en "Chaplin" es un homenaje, desde el principio a su emotivo final. Además, la reciente edición conmemorativa de su aniversario se convertirá en un regalo apropiado para los devotos del autor de "The Kid", ya que ha sido un film bastante inencontrable en calidad digna.

En definitiva, muy recomendable, aunque no soy objetivo... Es muy difícil serlo con el único y genuino Chaplin.

No está todo, ni todo es verdad, pero la esencia de lo que implica para el séptimo arte... mágicamente está.