Esta es una muy interesante y muy divertida película protagonizada por dos actores míticos:

John Wayne y Kirk Douglas o Kirk Douglas y John Wayne, como queráis.

Se produjo en 1967, una época en la que el western ya estaba en la cuesta abajo en lo que se llamó "Western crepuscular" y perdía espectadores por miles en los cines.

Los dos personajes principales están muy bien dibujados y tienen una pequeña carga cómica que es lo que se llevaba en aquella época, probablemente debido al éxito de "ElDorado" realizada un año antes.

John Wayne está perfecto en su papel de casi siempre (¿Soy yo el único que se ha dado cuenta de que siempre va vestido igual en casi todas sus películas?) y Kirk Douglas está espléndido haciendo de contable más que de pistolero je je.

Por cierto, el papel del bueno de Kirk estuvo a punto de ser interpretado por otra leyenda del cine: Burt Lancaster.

La música, de Dimitri Tiomkin, es muy pegadiza y se integra perfectamente en la acción.

El film está muy bien dirigido por Burt Kennedy, un director que sin ser uno de los más reconocidos era muy solvente.

También hay que resaltar que los indios ya no son los malos, los tiempos han cambiado y los pieles rojas no son los sanguinarios de diez años antes, el villano de turno era un malvado ricachón.

Para disfrutar un par de horas con dos leyendas del cine que empezaban a envejecer.