No salgo de mi asombro. Sigo sin saber si Craven pretendía una parodia del tan saturado género o darnos miedo. Sea cual fuere la intención es inaceptable que este tipo de proyectos encuentren soporte y financiación para realizarse, pero al fin y al cabo esto es un negocio y se trata de, nada más y nada menos, Wes Craven; un tipo que aún sigue sacándole partido a la immortal figura (nunca mejor dicho) de Freddy Krueger. Lo único decente que ha creado.
Centrándome en la película, se podría considerar como un conjunto de escenas yuxtapuestas carentes de sentido entre sí y en sí mismas, que es lo peor de todo. Ciertas acciones llevan inexplicablemente a otras y uno asiste perplejo a un cúmulo de "sustos" fáciles y más vistos y previsibles que el mensaje de Navidad del Rey. Vaya, que a mí no me llena de satisfacción una memez como ésta.
El desenlace es lo más risible: Craven conduce sin ninguna explicación a los personajes hacía cierto escenario en el que podremos contemplar las tonterías más graves del film (mención especial al "fuck you, liar" de la rubia tía buena transformada en no sé qué).
Ni siquiera es válida para ver con los colegas; el desconcierto y la indignación se acrecientan. Lo digo por propia experiencia.

Horrible.


P.D. ¡Ah!, si a la última escena le pones un cádilac ya tenemos la última versión "chirihappy" de "Grease".