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Argentina Argentina · Buenos Aires
Leonel rating:
9
Adventure. Drama In 1952, two young Argentines, Ernesto Guevara and Alberto Granado, set out on a road trip to discover the real Latin America. Ernesto is a 23-year-old medical student specializing in leprology, and Alberto, 29, is a biochemist. The film follows the young men as they unveil the rich and complex human and social topography of the Latin American continent. With a highly romantic sense of adventure, the two friends leave their familiar ... [+]
Language of the review:
  • es
April 10, 2006
43 of 58 users found this review helpful
En primer lugar, considero a esta película muy equilibrada, no está contaminada con la historia posterior de Ernesto, (como diría el propio protagonista: no está plagada de "lugares comunes", salvo el cruce a nado del río, una metáfora sobre su heroísmo y su carisma), trata su tema tal como es: el descubrimiento de nuestro mundo ("un mundo de 'mestizos'"), grande y bello, pobre y rico, por un par de jóvenes en formación, sensibles e inteligentes. En la tradición mítica de la literatura, el héroe se forma por medio de una transformación. El hecho de que sean un par de caracteres diferentes permite una dialéctica (de contraste, en la tradición del Quijote y Sancho), la dialéctica de la generosidad y el deseo, de la idea altruista frente a la lujuria y la necesidad. Ese contraste es la esencia del drama y del encanto (es dramático también que unas simpáticas chicas chilenas sean hospitalarias pero no lo sean unas monjas, que creen haber comprendido la Caridad -es decir, la generosidad -).

La simpatía de estos dos actores, la brillantez del lenguaje, sin pomposidad, con naturalidad y buena onda, y la belleza de nuestro continente hacen de esta película una delicia. Y lo que más aprecio de todo es que no hay excesivos discursos políticos, que hubieran estado fuera de lugar; la realidad habla por sí misma, las imágenes son elocuentes, el que quiera ver que vea, la película no necesita explicarse a sí misma, y no hace falta que alguien, dentro de la película, exclame: ¡Oh, qué bello río! Lo dije yo, como espectador, que me lo pasé exclamando a todo lo largo del filme: ¡Qué bonito, qué bonito!
Leonel
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