El reparto es excelente y la trama muy prometedora, pero apenas empieza se va desinflando poco a poco hasta terminar como una más de las tantas películas que se quedaron en la “buena intención” de sus realizadores.

La película nunca arranca, el guión es fácil y los actores no hacen tanto honor a su reputación (a Jake Gyllenhaal y Alan Arkin los veo muy pasables por primera vez), solo Meryl Streep y Omar Metwally dan la talla.

Lo mejor de lejos es ese “giro argumental” totalmente inesperado que lastimosamente no termina de ser creíble una vez concluido.