Profundamente influida por la ópera prima de Steven Soderbergh, Sexo, mentiras y cintas de video, la curiosa película-debut del holandés Robert Jan Westdijk ya anticipaba en el 95 algunos de los modos, usos y características estéticas del movimiento Dogma.
Ficción compuesta por las grabaciones que Martin hace de su hermana menor Daantje con una videocámara, La hermanita muestra del día a día de la citada Daantje, y desentraña las causas de la tensa relación existente entre los dos hermanos.
Superado el impacto estético inicial, motivado por un aspecto visual más cercano al video doméstico que al cine convencional, la cinta no decae gracias a su natural y contenida emoción, su frescura y al divertido realismo que sus imágenes desprenden.