Ken Loach, especialista en retratar dramas sociales, nos habla del conflicto irlandés (es decir, de la guerra librada entre las tropas británicas y los independentistas irlandeses) a través de la visión en primera persona que del mismo ofrecen dos hermanos muy distintos: Damien (Cillian Murphy) y Teddy (Padraic Delaney).

El cine siempre comprometido de Loach puede enervar a algunos (sus detractores señalarán que su punto de vista siempre resulta demasiado obvio), pero no se puede negar su estimable tesón y pulso narrativo para contar historias reivindicativas con decoro y estilo. Tampoco habría que olvidar el buen trabajo del reparto o, hablando ya del apartado técnico, la bellísima fotografía (atención al brillo que desprenden los verdes paisajes).

Drama (la relación entre los hermanos protagonistas y su entorno) e historia (todo lo referente al conflicto) se acaban diluyendo en una mezcla correcta pero que no siempre funciona, entre otras cosas porque es complicado profundizar en ambos temas sin que alguno cojee. De todas maneras, el resultado final es más que satisfactorio.