El dúo formado por Wes Craven (director) y Kevin Williamson (guionista), que tan buenos réditos produjo con la saga Scream, sufrió un duro revés tras el estreno de este trabajo, el cual no gustó ni a público ni a crítica. Si con la mencionada saga protagonizada por Neve Campbell revitalizaron el terror adolescente, con la película que nos ocupa trataron de hacer lo propio con el terror sobrenatural, más concretamente con el cine de hombres lobo.

La trama es la siguiente: dos hermanos, Ellie (Christina Ricci) y Jimmy (Jesse Eisenberg), sufren un accidente y la ocupante del otro vehículo, Becky (Shannon Elizabeth), es atacada por un extraño animal. El chico comenzará entonces a obsesionarse con la idea de que dicho animal era en realidad un hombre lobo…

Dejando de lado los muchos problemas sufridos durante el rodaje (entre ellos el drástico cambio de varios integrantes del reparto), lo cierto es que la película falla en casi todos los apartados (los actores secundarios son un horror, el guión no encuentra nunca el equilibrio entre sustos y humor, los efectos especiales no son tan espectaculares como debieran…). Sin embargo, se deja ver con agrado siempre y cuando no se espere demasiado de ella, es decir, si se la toma como simple divertimento tonto y sin pretensiones, por mucho que no deje de ser un trabajo fallido.