Ayer me dio por verme por fin la aclamada "Once" y acto seguido, aprovechando el insomnio me vi la reciente "Begin Again", también de John Carney. Ambas son muy similares, compartiendo desde el concepto principal a la forma de ser contadas, pasando por cosas que le pasan a los personajes y sobretodo la magia especial que desprenden ambas como películas que transmiten una increíble pasión por la música, buen rollo y en general un mensaje positivo de saber valorarse y luchar por lo que se quiere, sea por algo que se dejó atrás o por empezar de nuevo. A destacar también en ambas su honestidad y su forma de acercarse al romance de forma distinta a lo habitual, alejadas de la irracionalidad pasional, de los arrebatos, del no saber contener el instinto animal por más que sepas que va a estropear cosas más importantes, sin enredos ni giros descorazonadores. Dos joyas ambas y "Begin Again" lo tenía más difícil para estar a la altura, por tener que luchar con una cinta que para muchos lleva años en un pedestal y en mi caso, que la acababa de ver y no había podido ni digerirla. Aunque es inevitable pensar (al menos yo que hasta en las películas Disney cuando acaban felices pienso que en 5 meses se han divorciado) que quizá todo es demasiado idílico, que nos muestra mayormente la cara y no la cruz, de vez en cuando también va bien un mensaje así. Y destacando sus méritos, no me olvido, por supuesto, de sus grandes BSO.

Si a Once le daría un 7'3, esta no se queda muy lejos con un 6'9 de nota.