Correcta y entretenida cinta de acción e intriga, a mayor gloria de un Bruce Willis bastante cómodo en papeles de acción.

“Mercury Rising” es la historia de un niño de nueve años autista que descifra un código de la NSA incluido dentro de una revista de acertijos. El chaval corre peligro de ser asesinado para evitar dejar cabos sueltos, pero el agente del FBI Jeffries (Bruce Willis) descubre la trama en la que el chaval se ha envuelto, y se dedica en cuerpo y alma a protegerlo.

La película juega con el hecho ya conocido de que algunos autistas poseen unas características extraordinarias, con una dotación de inteligencia sobrehumana que los convierte en una especie de genios inconscientes.

El filme de Harold Becker mantiene un ritmo adecuado para el género que es, con una trama interesante aunque de desarrollo poco creíble. Mantiene los clichés y estereotipos típicos, siendo los buenos muy buenos y los malos muy malos, por lo que no deja de ser una cinta de puro entretenimiento sin dejar mucho espacio a ningún tipo de reflexión.

Las actuaciones no llegan a ser brillantes aunque cumplen de forma correcta. Bruce Willis y Alec Baldwin, protagonista y antagonista, se ven ensombrecidos por la actuación del chaval, Miko Hughes, más realista y creíble.

Para pasar el rato.