Lejos del estilo que lo llevo a consagrarse como uno de los mejores directores de los últimos tiempos, Guillermo del Toro apuesta por una historia que se basa en la muy buena película que Edmund Goulding dirigiera en 1947. Esta bien narrada, Cooper cumple con su protagónico (aunque sin mayores rasgos para destacar), Blanchett es pura elegancia y sofisticación, y pese a que su aparición recién se da promediando la película, se transforma en uno de los puntos actorales más altos. Ronney Mara vuelve a destacarse en un gran papel. No es una versión superadora de la original, ni contiene el gen visual de Del Toro que se caracterizo en toda su obra. Es una obra, a mi entender, que se cuela entre lo más regular que ha hecho y lejos de clásicos como "El espinazo del diablo", "Mimic" o incluso, la más reciente, "La forma del agua"

Las excesivas 2hs y media que dura el relato sirven para mostrarnos a personajes dispares, perdidos y en búsqueda de soluciones mágicas que los ayuden a mejorar sus vidas.