Deliciosa marcianada setentera con ciertos ecos a la manida 'Otra vuelta de tuerca'. Un papel protagonista muy a la media de la niña prodigio Jodie Foster. Solo en ella es creíble que afronte con esa madurez y esa resolución los traumas y turbios secretos que oculta a tan corta edad en esa mansión tan solitaria y amitivillesca. El despertar sexual de la joven, un tema tan machacado (sirva como referente 'Little Darlings', de la misma época), no es más que un juego comparado con eso y resulta tierno sin dar grima. Se mide con ella un mefistofélico Martin Sheen, terrorífico por momentos. Ambos, claramente en estado de gracia, probablemente realizaron en esta desconocida cinta el mejor trabajo de sus carreras. En la trama conviven el thriller policíaco, el terror psicológico, el drama sobrenatural... creando una atmósfera casi hitchconiana. También hay lugar para la denuncia social, la crítica al sistema educativo desde sus cimientos y una' ruptura con los cánones establecidos y la burguesía americana a lo Salinger. Lamentableme, en determinados momentos del film, la acción se detiene para explicar cuestiones a las que podrían haber dotado de mayor misterio resolviéndolas de otra manera. En cualquier caso, una obra que merece la pena descubrir.