Paul Greengrass no es un director para nada discreto, si miramos hacia atrás nos podremos dar cuenta de que anteriores trabajos como 'United 93' (2006) donde hablaba de los terribles sucesos del 11-S, (trágico día para los estadounidenses) tratando de sacar un satisfactorio trabajo, que lo logró, pero tres años atrás ya se mezclaba en otro proyecto algo desconocido, 'Blooday Sunday' (Domingo Sangriento) donde también relataba hechos que tenían relación con lo que se puede ver en la siguiente película, conspiraciones políticas.

Más allá de ese tema, quien piense que 'Green Zone: Distrito protegido' es una película de confrontaciones de régimen unicamente, se equivoca sin lugar a dudas. Es la magistral mano de Paul Greengrass lo que hace del filme no sólo algo más de hora y media de entretenimiento puro y duro esquivando lo mayor posible el detonante de lo que ocurre en la historia de la cinta. Una historia que gira en torno a la guerra de Irak donde cientos de personas inocentes perecieron en el intento de no llegar a tal punto, todo gracias a la elaboración o mejor dicho fraude del presidente de los EE.UU, entre otros.

Lejos de entrar en otros campos que no sean el de recomendar expresamente esta película, tenemos a Matt Damon haciendo de las suyas de nuevo, en otro rol como cabe esperar, pero recordando a lo que tanto nos gustó en las tremendas 'El mito de Bourne' y posteriormente 'El ultimatum de Bourne'. De ahí ha sacado bastante provecho el señor Greengrass para mostrarlo en esta película, donde nos cuenta todo lo que ocurrió en comentada guerra sin abusar demasiado de la cara fraudulenta que ya todos sabemos. Inspirada en hechos reales con alguna que otra ayuda de un libreto periodístico, el director sabe lo que puede y lo que no puede interesar, y eso lo hace de maravilla. A veces con un movimiento de cámara algo tambaleante que puede llegar a desesperar, pero con eficacia y sobre todo voluntariedad.

La primera hora de la cinta es sinónimo de placer, de como saber llevar a la audiencia a su territorio, donde todo gira alrededor del actor protagonista, en este caso, Matt Damon. El buen feeling que obtuvieron director y actor en sus anteriores colaboraciones hacen más sencillo aún el trabajo. Sin quedarse corto ni perezoso, Paul Greengrass ofrece un reflejo de todo lo acontecido en un conflicto de plena actualidad mostrando detalles sin pulcritud. A parte de eso trata la historia de forma despejada, cuando la película cae en otro asunto, solo se da un pequeño aire de refilón y no cae en esa vacío sustancial como otras lo hacen.