No había visto "Bámbola" pero ahora se puede comprender la satanización de Bigas Luna por una parte de la crítica. El cineasta catalán realiza, con este engendro nauseabundo, un gratuito ejercicio de anticine, en el que para más encabronamiento, parece hasta sentirse bien a gusto. Luna parece haberla realizado con total libertad y como tal le ha salido una película candidata a estar entre las peores de la historia del cine.
Me niego a hablar de argumento, pues no lo hay. Me niego a hablar de guión, pues no lo hay. Me niego a hablar de dirección de actores, pues no la hay. Me niego a hablar del descubrimiento erótico de Valeria Marini, pues ésta es menos actriz y menos expresiva que la cabrita a la que quiere tanto. Me niego a hablar de los actores, pues del primero al último están horribles, histriónicos, penosos (y sino hay queda la hiriente y castrante breve aparición de Anita Ekberg). Me niego a hablar de una película, pues esto es una mierda, una escatología que pide a voces la vuelta de la censura pues debiera estar prohibida su circulación comercial. Así de cabreado me he visto tras ver tamaña tomadura de pelo de la que Luna es el más grande y acusable cómplice. Luna ha ido demasiado lejos, nos ha tomado por analfabetos y solo consigue que la estupidez de semejante bodrio emborrone su carrera de forma lamentable y premeditada.
Me duele que exista esta antipelícula. Me duele porque entre las toneladas de basura que contiene viene a ser una autocaricatura del propio cine de su autor, pues las baratísimas referencias a previos films soyos están ahí: la bámbola/muñeca es un reciclado de la fascinante muñeca Bilbao, rota a manos de un obseso (como en esta mierda); hay también una estética extraída de sus primeros films (sobre todo, del dignamente interesante "Lola"), una estética nauseabunda, grotesca y sucia que solo engrandece el insoportable olor de esta muñeca hinchable de escombros y desechos; hay una burla a todo su cine previo en definitiva, un cine irregular, a veces genial, que nunca dejaba indiferente. Y, efectivamente, "Bámbola" no deja indiferente a nadie. Porque la mierda que nos cae encima hace que la odiemos como si del peor de los crímenes se tratara. Acuso a Luna de ello. Que se redima.