Gino Monetti (Robinson) fue uno de tantos emigrantes italianos que a principios del siglo XX llegaron a Nueva York. Con el tiempo, logró fundar su propio banco e ir amasando una gran fortuna, conviviendo con sus cuatro y muy diferentes hijos. Efectivamente, el sueño americano se había cumplido... A través de un flash-back sensacional nos cuenta Mankiewicz la historia de la familia Monetti. No conocía esta película y he acabado boquiabierto. Sinceramente, creo que estamos ante una obra perfecta, a la altura nada menos que de su "Eva al desnudo". Este "House of strangers" (perfecto su título americano) tiene un vigor y un nervio impresionantes, unos diálogos enormes y ejemplares del genio Yordan (novela de Jerome Weidman), para gourmets de la escritura (imprescindible verla en V.O.S.), una fotografía maravillosa de Milton Kraner, y en medio de un grupo actoral sobresaliente surge la figura de un Robinson inigualable, genial: no se puede interpretar mejor un personaje, darle más matices, enriquecerlo tanto y hacer que la película se retroalimente maravillosamente una y otra vez. Y Mankiewicz borda la puesta en escena: no falta ni sobra nada en este melodrama familiar único, que trata ejemplarmente temas como el odio, el egoísmo, la codicia, la usura, el honor, la traición, lográndose un perfecto retrato social, una fotografía inmejorable de una época. Los diálogos entre Max y una Hayward en el personaje de su vida son maravillosos; cómo habla Robinson con sus hijos emociona, arrebata, impresiona, hace que corra por nuestro cuerpo y alma la sangre de Gino Monetti, anverso y reverso a un tiempo del florido sueño americano que se agrieta hasta hundirse sin flotador.
"Odio entre hermanos" es un tsunami descomunal y maravilloso de arte y cine, a partir de un esquema argumental modélico e inmejorable, en un film de enorme altura ética y estética y que, digámoslo de una vez por todas: no tiene nada que envidiar, desde su lúcido reposo y serenidad, desde su racional análisis, al "Padrino" de Coppola, pues es un estudio inmejorable del concepto de Familia. Y es que cuando ésta sale podrida, es la ratonera de odio y dolor más grande que imaginarse pueda.
Me pongo de pie o de rodillas, lo que usted quiera señor Mankiewicz. Estamos ante una de las mejores películas de la Historia del Cine. ¡Y no ganó ni un Oscar!. Adiós.