¿La isla mínima se llevó el Goya al mejor guión original? Pues no tiene nada de guión original, ya que plagió a la película coreana "Crónicas de un asesino en serie de Bong Joon Jo, del año 2003. En ambas películas hay un asesino de chicas jóvenes; dos policías totalmente distintos en el método; una escenografía de grandes extensiones; la lluvia añadiendo suspense; ocurre en los años ochenta, donde había una dictadura o se salía de una dictadura; dos pueblos atrasados... Tal vez Alberto Rodríguez debería ser más honesto, y reconocer la deuda con Bong Joon Jo. La sinopsis de ambas películas son así: (Crónicas de un asesino en serie): Corea del Sur, 1986. Una joven aparece brutalmente violada y asesinada. Dos meses después, se producen una serie de violaciones y asesinatos en circunstancias similares. Para buscar al asesino, se organiza un destacamento especial, encabezado por un detective de la policía local (Park Doo-man) y un detective de la policía de Seúl (Seo Tae-yoon), que ha solicitado ser asignado al caso. (Sinopsis de La isla mínima): España, a comienzos de los años 80. Dos policías, ideológicamente opuestos, son enviados desde Madrid a un remoto pueblo del sur, situado en las marismas del Guadalquivir, para investigar la desaparición de dos chicas adolescentes. En una comunidad anclada en el pasado, tendrán que enfrentarse a un feroz asesino.

Yo pienso que el principal problema de la película radica en la pésima construcción del guión. A menudo observo que cuando quieren contar la vida de un personaje, se pierden en lo importancia: el pensamiento interno que los ha llevado a lo que son. El señor Fernández ha hecho un guión desde fuera para el "lego" que no conoce a Óscar Domínguez, y ha puesto en boca del protagonista conversaciones superficiales que deben dar cuenta de quién es. Sin embargo, Óscar no hablaba así con Man Ray, ni con Breton o con Picasso; hablaban de arte desde la profundidad del pensamiento. Y por otra parte, la relación de Óscar con la historia de Victoria Abril es muy trivial; con un final que es el regodeo de lo trivial.

Woody Allen adolece de crear personajes como etiquetas: lo que son está condensado como un apriorismo. Ninguno de los personajes (Dalí, Picasso, Hemingway, etc...) hablaba de esa forma tan superficial; lo cual demuestra que Allen no escribió dentro de ellos sino para el público, y el resultado es, pues una historia de clichés, que ni siquiera pueden dar cuenta de lo que fue París en esa época. Además, pienso que comete dos errores imperdonables: 1) Los impresionistas no querían vivir en el Renacimiento; su pintura fue muy distinta al Renacimiento. 2) La búsqueda de una época anterior no se basa ùnicamente ni en el inconformismo del presente ni en mitificar el pasado como si fuera una línea recta hacia atrás; en este sentido, pienso que el pasado tiene sus épocas y esas épocas se conectan con las expectativas de aquel que añora "algo"... como podría ser un admirador actual de Julio Cortázar y el París que llegó a vivir y contar, y todo lo que eso conlleva en la vida de cada uno.

A mí me parece que a pesar de tener todos los ingredientes para ser una buena película, acaba en los mismos parámetros de la mayoría de películas americanas. Esa es la diferencia entre directores como Gibson y Malick. Mientras el primero lo impregna todo de un regusto subliminal patriótico, el segundo reabre la herida una y otra vez para enseñarnos su versión de la realidad.

Los hermanos Ríos han ido decayendo en la triología hasta llegar a esta pésima película que solamente la salva el actor Carlos Álvarez-Nova. Es curioso como en casi 20 años se pasa de una aceptable "Guarapo" a un mediocre film como "El vuelo del guirre"