"Joker" se esfuerza por ser oscuro, inquietante y significativo. Es oscuro, pero es agrio, superficial y grosero. Joker es una mala película, sí: es predecible, un cliché, profundamente derivada de otras películas mejores y sobrescrita hasta el punto de la autoparodia. "Joker" es rotundamente de una sola nota durante la mayor parte de su tiempo de ejecución, Phillips confunde "implacablemente sombrío" con "profundo", lo que hace que la película sea terriblemente aburrida. El gran problema con la narración de la película es que insulta la inteligencia de la audiencia y juega con su percepción, tratándolos como una ocurrencia tardía. Joker no entiende su representación de la violencia porque no sabe qué hacer con su política, optando en su lugar por una confusa estetización de la anarquía, todo cánticos incendiarios y descontentos enmascarados abarrotando las calles. Nunca evoluciona más allá de una escena tras otra de dolorosos desprecios, degradaciones y, lo que es peor, provocaciones vacías. Una película de un cinismo tan vasto y penetrante que hace que la experiencia visual sea aún más vacía que su estética descuidada. Si no te sientes lo suficientemente ansioso en tu vida, "Joker" podría ser una opción. Si no, busque en otro lado para entretenerse. De una manera enfermiza, toda esta controversia fue una bendición para Joker, porque la película en sí es dolorosamente mediocre y políticamente estúpida. Es difícil decir si el embrollo que se crea "Joker" surge de la confusión o la cobardía, pero el resultado es menos una descripción del nihilismo que una historia sobre nada. "Joker", sin embargo, es un brebaje calculadamente combustible, diseñado, como su personaje creador de caos, para causar revuelo. Provocar y distorsionar. No es en absoluto tan radical como cree que es. Al igual que el antihéroe en el centro, es una película que se esfuerza tanto por ser mayúscula que no puede evitar parecer pequeña. La película es una que podría haber sido soñada por uno de los hermanos cínicos de Hangover durante un estupor perdido. Esta marca predecible de cinismo despiadado no vale la pena. En serio. Phillips puede querer que pensemos que nos está dando una película sobre el vacío de nuestra cultura, pero en realidad, solo está ofreciendo un excelente ejemplo de ello. Como comentario social, Joker es basura perniciosa.