Lamento que a catetos cinematográficos como yo se nos permita votar e incluso criticar obras maestras como Pulp Ficition.

Quentin Tarantino es el mejor eligiendo los temas musicales y así nos regala a Chuck Berry cantando "You never can tell" mientras Travolta y Uma Thurman bailan muy fancy. También sale Urge Overkill deleitándonos con "Girl, you´ll be a woman soon" de Neil Diamond, fantástico; y la película visualmente está muy bien; pero ay! ay!, que se me acaba todo lo positivo que soy capaz de decir.

Salen unos tipos que agarran la pistola de costadillo y pegan tiros a saco (no sé si una originalidad de Tarantino lo de coger la pistola así). No se sabe muy bien por qué pegan los tiros y tampoco se sabe nada de por qué hacen lo que hacen todos los que salen en la película; bueno, soy yo el que no ha sido capaz de entenderlo.

Tampoco he sido capaz de darme cuenta de que la película tiene argumento, de que está llena de imaginación, de que los diálogos son increíbles, de que la película está llena de frases lapidarias para la historia y las interpretaciones son magistrales. Me he limitado a aburrirme esperando que sucediera algo que para mí tuviera sentido. Lamento profunda y sinceramente haberme aburrido, no por el hecho en sí de aburrirme (aburrirse de vez en cuando es divertido), sino porque me siento pequeño y algo tonto por no ser capaz de apreciar una película, que, sin duda, es una obra maestra. Y lo digo con humidad y sin ironía alguna.

Para mí es como si me hubieran hecho un regalo con un envoltorio precioso y al final ha resultado una broma y dentro de la caja no había NADA.

Lo mejor de la película lo ponen Barry, Mozart y David Watkin, por el orden que uno quiera. La música y la fotografía con tan buenas que casi suplen todo lo demás. De esto conseguí darme cuenta entre cabezada y cabezada, al tercer o cuarto intento de verla. No estoy muy seguro de haberla visto entera, pero creo que sí. Entre nosotros, es un tostón.

La peli va de lo bonito que es África, salvaje, infinita…. y como masa Meryl se enamora irremediablemente de Stanley Redford, que es muy guapo, valiente y, por si fuera poco, muy sensible a la vez. También lava muy bien el pelo. A ver quién no se enamora de semejante tipo una noche a la cálida luz de la hoguera en la sabana bajo las estrellas del inmenso cielo africano mientras los grillos (o el bicho que haya en África) hacen cri cri cri cri llenando los intensos silencios de un amor que abrasa. Bécquer y Baudelaire juntos, una zapatilla rusa al lado de esto.

También resulta que nuestro Stanley (que aquí se llama Denys Finch-Hatton) es un alma libre. ¡Mecachis! ¿qué puede más, la libertad o el amor? ¿y ahora cómo arreglamos esto? Pues si no has visto la peli, la ves y, si consigues hacerlo sin dormirte, ya te enterarás.

El argumento se puede describir con cuatro líneas y al guion le echo, a ojo, cinco páginas. La película dura 160 minutos. Haz tus propias cuentas.

Se trata de romanticismo en estado puro; que hace que parezca una pena que tú no seas Robert Redford y espantes leones como si tal cosa y tú no tengas posibles y una granja en África. Pero no sé yo…. no me dan ninguna envidia.