OSTROV (LA ISLA)
Algunas críticas la califican como” la más extraordinaria película religiosa “, y al calificarla así, entiendo que la encasillan en el género religioso, cuando en mi criterio lo religioso sirve de marco al relato, pero la película trasciende ampliamente lo religioso; coincidiendo en la calificación de que es “ extraordinaria”.

Anatoly, un joven ruso que, presionado por los nazis, en un humano acto de cobardía, le dispara a su compañero para salvar su vida. Al desvanecerse inconsciente, es asistido por unos monjes ortodoxos que vivían en un monasterio cercano.

Filmada en una isla sombría , desolada, casi inhóspita que combina con un atormentado personaje principal (Anatoly) que vive para castigarse por el “grave pecado” que cometió de joven. En mi opinión la película trata de varios temas que afectan nuestra sensibilidad y que condicionan la conducta humana: el egoísmo frente al altruismo, la cobardía frente al valor, la culpa frente al castigo y la conciencia, la sabiduría frente al conocimiento, el dogmatismo frente al verdadero amor y la verdadera Fe y , el bien frente al mal. Y también otros temas como, la humildad, el apego, la envidia, la sumisión, el perdón, la superioridad del dolor moral, espiritual, psíquico, frente al dolor físico.

A mi juicio Anatoly no es un santo como lo califican algunos , es un hombre muy bueno, cuyo espíritu se encuentra atormentado y torturado por una culpa desmedida que, según su sentir y sus creencias religiosas, amerita que viva castigándose por su pecado.

Dotado de sabiduría y no de conocimientos, Anatoly desarrolló con años de dolor y autopenitencia, los dones de videncia y sanación que atrajeron a mucha gente a la desolada isla en busca de su ayuda. No obstante su popularidad, se negaba a presentarse como el sanador utilizando artilugios para ayudar desde el anonimato, y continuaba solitario, torturado, sin ninguna posesión material, permaneciendo totalmente ajeno al cumplimiento de toda regla social y estatal como así también de todo dogma religioso. Esos excepcionales líderes espirituales que no necesitan ley porque nacieron con la sabiduría de los auténticos valores espirituales.

Un líder nada carismático ni convencional- lógicamente catalogado de loco por muchos- pero que siendo prácticamente analfabeto, le enseña al Patriarca Ortodoxo acerca del valor del desapego y de la verdadera Fe.
Para mi Ostrov va mucho más allá de una película religiosa: nos enseña acerca del poder de nuestras creencias y percepciones equivocadas o no; de la poca importancia de los dogmas , ritos y formalidades frente al verdadero amor , la verdad, la humildad; la entrega, la fe. Nos enseña del poder de la psiquis cuando se trata de principios, creencias, valores, mal enseñados y/o mal aprehendidos y del dolor moral que podemos autoinflingirnos por error, seamos religiosos o no.

Resulta paradójico que sea un líder espiritual quien haya vivido su vida flagelándose por algo que hizo sin discernimiento, intención ni libertad; y que no haya podido diferenciar que su único “pecado” fue la cobardía o el egoísmo totalmente humano de priorizar su vida a la de su compañero. Pero esa paradoja es lo que lo hace más humano.

Jamás la recomendaría para los amantes del cine comercial. Pero pienso que aporta muchas enseñanzas acerca de la complejidad de la conducta y el espíritu humano para quienes no son creyentes; y para los creyentes, además, un grandioso llamado de atención para revisar la forma de interpretar los dogmas, preceptos y creencias religiosas en general y cristianas en particular.
Para mi una obra de arte.