Ya que todas las críticas y valoraciones no abogan más que por la higiene del esfinter de Kurosawa, yo añado que:
tremenda decepción por la falta añorada de la severidad nipona. Por el contrario la teatralidad está demasiado presente, las expresiones típicamente japonesas, más cercanas al manga, se presentan cada mínimo de tres minutos (dura más de tres horas)
Como colectivo, el campesinado se acaba ganando el odio más cruel del espectador. Realmente son abominables, siempre en constante queja y lamento.
Por último, la película tiene severas incongruencias argumentales, como las estrategias bélicas y ciertos fallos de sentido común.
Añadir que bien es cierto que cada punto señalado, es al mismo tiempo, rasgo de la cultura y tradición narrativa japonesa, por lo que el film nos acerca bastante a una cara no tan fácil de encontrar a simple vista, del mundo más antónimo del occidental.
Resumen: un coñazo astiante

El film no da ni para una crítica pródiga en palabras. Ni he terminado de verla, y eso que es costumbre rarísima en mí, por una especie de obsesión empecinada en llevar todo a término.
Cooper debía de deber algún favor o andar muy mal de efectivo, para prestarse a escenas tan absurdamente inverosímiles, que imposibilitan una interpretación decente. La película no tiene ninguna credibilidad, por no hablar de personajes -como el del viejo- que llegan a resultar insoportables.
Amantes del Western: absteneos.