Hacía mucho que no acudía al cine con tanta emoción y unas expectativas tan altas. Estas expectativas me daban miedo, miedo a una decepción ante algo que amo tanto. Las críticas que había leído no eran nada halagüeñas, por lo que el miedo era creciente. Que si la película era infantil, que si era más de lo mismo, que no innovaba (algunos deben esperar la Estrella de la Muerte en la Tierra Media, o algo así), que si era lentísima...
Pues estas expectativas se han visto superadas. Este monumento a Tolkien, un ejercicio de detalle extremo, de amor por su obra, es una maravilla cinematográfica. Como fan del universo, he disfrutado con cada mínimo detalle, y es que Peter Jackson se ha esforzado por mostrar cada ápice de la novela con una maestría sin parangón. La película discurre sutil, siendo muy fiel al libro y a la vez añadiendo detalles de relatos paralelos que enriquecen aún más el conjunto. Sin duda está construida para deleite de los fans, mucho menos comercial que la trilogía de El Señor de los Anillos, más en la onda de la Comunidad del Anillo, haciendo hincapié en la vena más aventurera de las novelas de Tolkien. No quiero destripar nada de la trama, pero algunas de las partes que más me apasionan del libro están contadas de una manera magistral y ágil, con un resultado impactante. Otras partes basadas en relatos que no había leído, dan mucho más sentido al conjunto y a los acontecimientos que posteriormente se desarrollarán en El Señor de los Anillos. Impecable en cuanto a fidelidad y detallismo.
En lo referente al reparto, me tengo que quitar el sombrero. Los enanos están elegidos con un gusto supremo, destacando Balin y Thorin Escudo de Roble, éste último interpretado por el gran Richard Armitage en una actuación merecedora de Óscar. Os va a impactar. Ian McKellen, Martin Freeman, Andy Serkis, Hugo Weaving, Cate Blanchet, Elijah Wood (sí, Frodo, lo entenderéis cuando veáis la película), Christopher Lee...) conforman un reparto impresionante y muy acertado.
Técnica y artísticamente la película es, posiblemente, la más brutal de la historia. Los primeros diez minutos muestran que anteriormente no se había hecho nada igual. Alucinante.
La banda sonora, como siempre, con el gran Howard Shore, no podía fallar. Se llevará el Óscar sin ninguna duda.
En definitiva, una obra maestra atemporal que eleva a Peter Jackson al olimpo de los más grandes directores de todos los tiempos. Habrá gente no fan que no la entienda, que le parezca lenta, que diga que no es innovadora... que opinen lo que les dé la real gana. Como se suele decir... la miel no se hizo para la boca del asno.
Siento terminar así, pero es que estoy realmente cabreado con las falsarias críticas que había leído.

Nota: 10