A pesar de una excelente dirección, su montaje de sonido y una fotografía que no tiene nada que enviadarle a Roger Deakins (Blade Runner 2049), Ad Astra se queda a medio camino de su odisea personal. Aspira a ser una película intelectual al más puro estilo de Terrence Malick (El Árbol de la Vida), para acabar siendo un largo de acción y aventuras espaciales vacío. Situaciones absurdas (cada una mayor que la anterior), escenas ajenas al argumento y subtramas sin desarrollar hacen de Ad Astra un intento fallido, siendo éste el primero que me topo de su autor James Gray.

Después de su incursión en el cine estadounidense con "La Princesita" y su versión del clásico de Charles Dickens "Grandes Esperanzas", Alfonso Cuarón volvía a su México natal para realizar esta intimista y más modesta "Y tu mamá también", primer film mexicano que realizaba en diez años desde su debut "Sólo con tu pareja".
Con "Y tu mamá también", el director pretende recuperar su voz, y lo hace a través de un viaje de la mano de dos adolescentes alocados y una mujer joven casada; y, a pesar de que esta película no tiene una gran historia que contar, sí que logra plasmar (a través del largo viaje en carretera de sus protagonistas) temas como las clases sociales, la vida rural y el conflicto político que asolaban a México en esos días. Junto con "Roma", estaríamos ante una de las obras más neorrealistas de su autor.
Sin duda, el punto más fuerte de esta cinta es la dirección de actores; cómo en ciertas escenas, sólo con pequeños gestos o miradas, los actores consiguen transmitir no sólo sensaciones, sino también su personalidad y estatus social (como cuando el personaje de Diego Luna, de clase alta, estando en una posada levanta la tapa del retrete con el pie). La película cuenta, como en muchas otras ocasiones, con la fotografía de Emmanuel Lubezki quien, a pesar de verse más inexperto (en comparación a trabajos posteriores), logra hacer un buen trabajo de luces y paisajes de ensueño. También es una película que no teme experimentar a la hora de componer los planos, a pesar de que el resultado final no siempre sea acertado. Aún así, siempre quedará en la memoria del espectador el plano secuencia de los tres protagonistas bebiendo y bailando en un bar al aire libre.
No obstante, el mayor problema de "Y tu mamá también" es el guion en sí, y no sólo por la poca originalidad de la historia (como ya he comentado anteriormente), sino además por dos razones: una de ellas es que en ciertas escenas da la sensación de que Cuarón evoca, no sé si de forma consciente o inconsciente, sus fantasías sexuales (un error que han cometido incluso los más grandes), y lo hace de una forma bastante antinatural, lo cual provoca que por unos momentos dejes de conectar con lo que estás viendo ; la otra es su epílogo, concretamente, los últimos minutos de la película.
Una obra que brilla más por su trasfondo y trabajo técnico que por la historia que trata de contar.