Tempo narrativo lento, ritmo pausado, ideal para gente con gusto por la contemplación. Puede emocionarte de la misma manera que lo puede hacer un cuadro. Pero también hay gente que presupone al cine una mayor velocidad de estimulación.
Buena música y buena fotografía al servicio de un particular y minimalista estilo de contar una historia que irremediablemente gustará a unos y aburrirá a otros.

Un usuario (Tomine) lo definió perfectamente con tan sólo una frase: “La velocidad es la adecuada por el mismo motivo por el que el Camino de Santiago hay que hacerlo andando.”
El mismo argumento puede servir también de advertencia: No veas esta película si en ningún caso serías capaz de hacer el Camino de Santiago andando.

Una vez más, es una simple cuestión de gustos y formas de percibir.

Dentro del género humor, hay varios subgéneros:
-Humor a lo comedia romántica.
-Humor profundo, inteligente, elegante.
-Humor disparatado.
-Humor infantil, adolescente, de la generación X…
-Humor del tipo Esteso-Pajares; del tipo Chiquito…
-Humor del tipo Woody Allen, del tipo Chaplin, del tipo Wilder, del tipo Berlanga…
-Humor negro, ácido, sarcástico.
-Humor irónico, de denuncia.
…
Puede que haya humor abstracto (Quizá Lynch se atreva…)

Cada uno tiene lo suyo. Dos tontos muy tontos es del tipo “humor chorra, mejor pa’ reírte con los amigos con la debida atmósfera (consíguela como quieras) y mejor haberla visto en los 90 porque pasa de moda”.
Y no todos se ríen. Es lo que hay. Yo me reí. Algunos otros también. La “atmósfera” ese día sería buena. El bolazo de nieve a bocajarro en la cara funcionó. Y la lengua pegada al hierro del telesilla. Viva la caspa.
¿Profunda? No, no es mucho.

Ambición desmedida. Intento de llegar más allá que con sus aclamados trabajos anteriores.
Minucioso cuidado del detalle.
Brillante fotografía, lienzo impresionista.
Excelente vestuario.
Rodada en su totalidad en escenarios de la época.
Obsesión por encontrar el encuadre perfecto.
Impresionantes recursos técnicos. Primera vez que se filma enteramente con luz natural, escenas nocturnas incluidas.
Acertada elección de la música de la época.
Guión interesante. Una vida digna de ser escrita.

Y sin embargo falta un ingrediente primordial. La capacidad de conectar con el espectador. Cuando la receta perfecta estaba lista para servir, se olvidó echar la sal.

Hay películas que tienen la maravillosa propiedad de provocar en algunos individuos una especie de reacción química positiva. Love Actually te dejará totalmente indiferente si la reacción no se produce. Pero si tienes la suerte de conectar, sus diez historias penetrarán en ti removiendo algo por dentro que te dejará el cuerpo como un reloj.

Se trata de una de las películas más conmovedoras, bonitas y emocionantes de los últimos años. Un sutil y elegantísimo ejercicio que logra entremezclar con clase algunos buenos momentos de cine. Momentos divertidos, simpáticos, dramáticos y sobre todo emotivos. Momentos que es preferible no contar, que cada cual los vea y los sienta por sí mismo.

Lástima que no provoque esa reacción en todo el mundo. Sería un buen regalo. Pero en esta película la unanimidad es un objetivo imposible. Cada uno tenemos nuestros propios gustos y reaccionamos de manera muy diferente a los estímulos.

P.D: ¿Efectista y manipuladora? Sí. Como muy pocas han sabido hacerlo.

Por arriesgar el éxito comercial y la rentabilidad con el fin de crear arte innovador y vanguardista. Pocos son los que se atreven a avanzar cuando todavía no hay camino. En pintura, el neoplasticismo, el cubismo y otros movimientos de arte abstracto aparecieron como reacción al realismo y ahora son corrientes que pocos se atreven a discutir.

¿Puede el cine transmitir a través de un lenguaje que prescinde del uso de imágenes con significados obvios y puede desprenderse de la estructura de un guión convencional? El cine abstracto es un concepto casi tan antiguo como el cine común, pero por el momento pocos son los que tienen en casa una muestra de este arte, en cambio la pintura abstracta cuelga en el salón de la casa de todo el mundo. Puede que sólo sea cuestión de tiempo.

Lynch tiene el honor de haber llegado ya a una no tan pequeña minoría, por lo que puede que se esté fraguando un nuevo movimiento con posibilidades de llegar a la gran masa en el futuro. Y si no es así, al menos habrá quedado algo más que una muestra residual y anecdótica.

Yo admito que sólo he entendido ese lenguaje parcialmente, por lo que mi disfrute ha sido limitado. Puede que dependa de la capacidad de percepción de cada persona o puede que haya que aprender a percibir.

En todo caso y aún admitiendo el meritorio trabajo del director, cada cual valora un plato en función de las sensaciones que éste deja en su paladar y reserva su valoración más alta para lo que le parece más sublime en cada momento. Para gustos los colores.