A ver. Al margen de la indudable maestría de esta película que he visto varias veces y no deja de fascinarme, tenemos que abandonar los escrúpulos ideológicos, porque seguro que nadie se rasga las vestiduras por haber visto y alabado cientos de veces "El Acorazado Potemkin" u "Octubre" de Eisenstein (al que adoro por cierto).
Y curiosamente, el comunismo es con diferencia la ideología mas sanguinaria de la historia con diferencia a cualquier otra. Tan totalitaria como el fascismo y tan antidemocrática como la que más. Estas cosas se han podido decir en los últimos años sin tener que ser tildado de nada extraño, sino de observador objetivo del acontecer humano. Lo siento. Se que es un mal despetar para algunos, pero a los números me remito. Al primero que le costó fue a mí.
Así que sin tapujos, reconozcamos que Leni es quiza la mejor directora de todos los tiempos, que por desgracia, trabajó al servicio de una ideología espantosa. Qué le vamos a hacer.

Me hacen gracias los comentarios de algunos críticos que se supone que lo son de cine, y no censores morales, que para eso ya los tuvimos en el franquismo.
La película que nos ocupa, es floja no tanto por su fondo moral netamente conservador (si fuera por eso, John Ford sería despreciable o UP un bodrio insoportable), sino porque es poco creible. Yo no consigo entrar en la historia por más que coincida con bastantes de sus planteamientos. El guión es flojo. Resuelto practicamente con conversaciones y alejándose de acciones significantes que es lo que enriquecen y dan peso a una narración. Los actores no basta que sean guapos o maravillosos, hace falta que tengan carne, que respiren, que duden, etc... que tengan pasado y se note. Verastegui está fatal y no consigo creerme la relación con ella. Y así podriamos seguir....
Una película es mala o floja, cuando lo que nos cuenta está mal contado y carente de profundidad. Cuando falta dominio del lenguaje cinematográfico. Algo de lo que carece mucha gente, y por desgracia, la mayoría de los críticos.

La película es bastante buena y nos hace reflexionar especialmente, a mi humilde entender, sobre el tema del poder y la condición humana. Por otra parte ya va siendo hora que vayamos conociendo el comportamiento de otras ideologías que no sean la eterna cantinela de lo malos que fueron los fascitas (que lo fueron sin duda), y empecemos a conocer a través del cine, al menos una mínima parte de cuanta sangre, cuanto dolor, cuanta mentira y cuantas muertes se han debido, se deben y se deberán al socialismo real. Si con Rusia apenas hemos comenzado, no quiero ni pensar lo que nos podemos encontrar cuando llegue la libertad a China. Puede ser que a partir de ahora, tengamos que reordenar la lista de los monstruos y las ideologías más sanguinarias de la historia... ¿qué apuestan que Hitler y el fascismo dejarán de ser los primeros?.

Sinceramente, el guión hace aguas por muchos sitios. Es uno de los problemas del cine español ya casi endémico.
La relación lésbica no es que no sea posible, es que no la entiendo ni sé exactamente a qué se debe.
No sé tampoco, o no queda rotundamente claro por qué Ariadna Gil sufre continuamente de depresión y ansiedad.
Y es que o haces un documental, o haces una narración. Y si los mezclas, hay que tener una mano maestra para que el montaje no se vaya de las manos.
Valoro la aportación, como en su momento hizo "La Vaquilla", de una visión interesante y estimulante de la Guerra Civil alejándose de los tópicos al uso.