Gran película. Se pasa volando. Es muy entretenida, no decae nunca. Si, es una película liviana, pero a la vez es una película que podría ser recomendada a quien no conozca aún a este magnífico director.
Tiene casi todo lo que se admira en las películas de Allen: humor, frases ácidas, gran elenco y actuaciones, ritmo frenético gracias a un guión muy bien trabajado, parodias a clases sociales/religiosas, gran fotografía, música muy bien elegida.

Comedia sencilla pero muy bien realizada. Con algunas escenas de Bill Murray de mucha gracia. Puede resultar que cae demasiado en el romanticismo y pierde un poco el humor, pero quien dice que esa no fue la intención principal de la película?
El desenlace también me ha gustado, creo que fue bastante efectivo y, al menos en mi interpretación, deja un bonito mensaje.

Con bajo presupuesto, pero con sólidas actuaciones (algunas muy buenas), un guión muy bien armado y una escenografía muy “cruda” y real de la Patagonia (Santa Cruz), se logró una película interesantísima. Llega a tocar casi todos los sentimientos y situaciones por los que puede atravesar un humano: el amor, los celos, la soledad, la resignación, la ira, la hospitalidad, la indiferencia, etc. Pero lo destacable es que todo esto transcurre a través de, como dice su título, historias mínimas. También es bueno el aporte musical de Nicolás Sorín, hijo del director.