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Críticas de Fly
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Críticas 55
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
4
10 de noviembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El mes pasado me decidí a ver por primera vez Sucker Punch, película que estaba en mis pendientes y creía yo que era de esas películas que tendría que haber ido a ver al cine en su momento, un gran faltante en mi lista.
Sin embargo, me aburrí tanto en su visionado que la tuve que dejar a la hora y media (en su versión extendida).
Un mes después, me propuse ver los 30 minutos que me restaban por ver.

SINOPSIS DE SUCKER PUNCH:
Por un lado, tenemos un drama bien dramón, el de la chica protagonista que termina en un psiquiátrico y donde será maltratada a más no poder. Para escapar de esta situación tan abrumadora y traumática es que se inventa mundos y situaciones de fantasía: las que nos muestran con un CGI que envejeció realmente muy mal y parece de placa gráfica de las obsoletas.
Ese drama será el eje de la película y lo único que me motivó a ver la resolución de esta historia.

VEREDICTO:
Creo haber visto una película mala, pero no tan mala, aburrida en sus escenas de acción que seguramente habrán sido muy efectivas en el 2011 en salas IMAX o 3D.
Ver toda esta bola de CGI en el 2023 da un cringe tremendo, una nauseabunda sensación que hicieron un terrible lavado de dinero con la producción de esta película con "espectaculares" escenas de videojuegos que no tienen razón de ser.
Pues que es eso: no hay una verdadera justificación en que el 50% del visionado pase por matar zombies nazis, orcos y robots. No es divertido, ni entretenido ni pasable. Siento que ver un zombie nazi en pantalla debería ser motivo de risa o carcajadas, pero acá ni eso: ninguna escena de acción mantiene coherencia con su trama central. Se muestra todo eso como se podría haber mostrado un tornado de tiburones que escupen fuego por la boca, que daba totalmente igual.

Puntos en contra:
* Actuaciones que no concenven en lo absoluto. La sobreactuación será moneda corriente, ya que el reparto evidencia que no se creen el papel que encarnan, porque...
* Los personajes no tienen profundidad en lo absoluto. El único personaje que tiene algo que contar es el principal. El resto anda dando vueltas como satélites alrededor del protagonista para que este no se lleve el 100% de la atención. A la media hora te das cuenta que son sólo eso: el decorado para que la protagonista tenga un mundo donde moverse.
* CGI que quedó obsoleto hace 10 años atrás.
* Moralinas que no convencen.
* La pretención constante que Sucker Punch es super profunda y que "no la entenderás" a la primera, pero no es así. Es más: la película es más simple de lo que ostenta ser.
* Que esto es "cine de autor" porque "Zack Snyder es Zack Snyder", entonces como le dieron mucho dinero puede hacer lo que quiera. Otro error: este tipo de cine ya se ha visto antes y no le encuentro la pizca "de autor". Tarantino habrá soñado alguna vez con Kill Bill matando zombies en Planet Terror pero no habrá encontrado presupuesto para semejante refrito.

Puntos a favor:
* El final podría haber sido peor. A mi me pareció coherente con toda la película. Es un final esperable, no hay grandes sorpresas ni grandes decepciones.
* Algo interesante hay en su guión. Fue brutalmente mal aprovechado, pero está ahí y te permite crear teorías locas para que sientas que sos más inteligente que muchos.
* El apartado visual tiene su encanto. No era para esta película, tendría que haber sido para algo mucho menos pretencioso y más directo, algo más bien del estilo Marvel. Acá no tiene ni ton ni son, pero bueno, tenían que justificar sus gastos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Fly
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3
14 de agosto de 2023
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde que se estrenó esta sexta temporada de Black Mirror que no paro de sentir que algo se ha roto: esa sensación de malos presagios por venir, un futuro inmediato que nos pisa los talones y que nos viene a advertir lo que podría pasar en muy poco tiempo si dejamos que la tecnología nos sobrepase.
Si bien la franquicia venía dando unas últimas temporadas algo irregulares, esta última es sencillamente el fin, el quiebre de esas historias y el paso a algo diferente, en el mal sentido. Ya no existe esa ventana hacia un futuro distópico inmediato, sino simples historias de ficción entremezcladas con terror del barato.

Esta historia va de eso: un conjunto de premisas que dan paso a una historia que pretende dejarnos pensando, pero que mientras más las pensamos más terminan defraudando las expectativas que podríamos llegar a tener con los ideólogos de este guión.

Nos situamos en 1969, mismo año del primer alunizaje, en algún lugar de Estados Unidos. Rápidamente conoceremos a sus protagonistas: dos astronautas que tienen réplicas exactas cibernéticas. Son tan exactos que no se puede diferenciar a los humanos de los robots.
Mientras los astronautas cumplen una ¿importante? misión en una base espacial, sus réplicas viven en la tierra con sus familias. Cuando los astronautas duermen, su "conciencia" se conecta con la de sus réplicas y viven su vida en la tierra como si fueran ellos.
Este importante salto tecnológico los convirtió en figuras super famosas: vayan donde vayan las réplicas, alguien en la calle los detendrá para sacarse fotos o hacerles preguntas.

El primer cuestionamiento que me vino en mente como expectador fue: ¿por qué no mejor llevaron a las réplicas al espacio y dejaron a los humanos en la tierra, sabiendo sobre los riesgos extremos que se corren en el inhóspito espacio?
Sin embargo, este capítulo no admite cuestionarse nada y aceptar todo "porque sí". La información que esperamos ansiosamente (como pasa en otras entregas de Black Mirror) no llegará nunca.
Y es que mucho de lo que defrauda en esta entrega está relacionado a este hecho: no hay por qués, no hay explicaciones, no sabemos qué misión están cumpliendo, por qué no hay más participantes en una misión super famosa de la que nadie es ajeno.
Pasan mil cosas relevantes pero nuestros protagonistas están sólos: no hay un "Houston" para reportar problemas, no hay UN encargado de la misión en tierra, nada. Simplemente tenemos que aceptar que este universo paralelo de 1969 funciona así sólo por conveniencia de la trama.
Y si bien los efectos especiales, la estética, la música y la fotografía son bastante elocuentes, y las actuaciones más que buenas, los huecos de este guión me quitaron las ganas de volver a considerar a Black Mirror como un producto atractivo.

Esta temporada en general me ha parecido una exhibición de negatividad con la humanidad: toda persona puede ser un potencial asesino si lo presionan un poco, si lo atormentan de alguna forma, o ser una víctima mortal si se descuida un segundo.
Ya no se habla sobre un futuro pesimista, sino sobre un presente o un pasado podrido, como si la humanidad estuviese destinada a fallar en cualquier linea temporal.

Y en los spoilers doy más detalles.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Fly
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7
2 de mayo de 2023
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este es el biopic de Fito Péez, músico argentino oriundo de la ciudad de Rosario, reconocido internacionalmente por el álbum de 1992 que le da nombre a esta mini serie de 8 capítulos producida por Netflix.

Desde ya que la vida de Fito es muy interesante, ya sea por su trágica infancia, su relación con los grandes músicos que fundaron el "rock nacional", su relación con la cantante Fabiana Cantilo y su posterior relación con la actriz Cecilia Roth, sus inicios en el rock de la mano de Juan Carlos Baglietto (interpretado por su hijo), Charly García (Andy Chango) y su álbum colaboración junto a Luis Alberto Spinetta ("La La La"), y sus tragedias familiares.

Si bien la elección de la autobiografía de Páez era muy acertada para una miniserie, muchos cuestionaban (y seguirán cuestionando) si Netflix iba a estar a la altura.
Muy a pesar de sus detractores, el producto cumple y sorprende: actuaciones sobresalientes en su mayoría (Micaela Riera interpreta a una idéntica Fabiana Cantilo, Andy Chango copia muy bien las gesticulaciones de Charly, no así su forma de cantar durante los 80's), un ritmo de acontecimientos bastante atrapante y bien planteado, un trabajo de edición muy cuidado, una banda sonora que representa fielmente lo más representativo de los 80's en Argentina, una muy estudiada representación de lo que es un ensayo en una banda de rock (sobre todo con el meticuloso, ácido y dictatorial Charly), y un largo etcétera que no cabe en una reseña.

Hay cosas que claramente podrían estar mejor: un primer capítulo con muy pocos diálogos, donde no queda claro si la serie estaría pensada para un público internacional (explicitando que Argentina pasaba por una dictadura durante la adolescencia de Fito) o si, todo lo contrario, el público debería conocer incluso a sus personajes sin ninguna aclaración (Baglietto nunca es presentado como tal y deberíamos reconocerlo por su voz o sus canciones).

Otro detalle que no cuadra es que la voz de Fito Páez y otros músicos no es la misma al cantar que al tararear, y esto se nota mucho. Un detalle que se puede ignorar, pero que deja una sensación muy rara durante cada capítulo.

Sacando estos defectos, la serie se comporta como una caricia para todos los que disfrutamos del rock argentino. Porque esta no sólo es la serie de Fito, sino que es parte del legado musical popular que acompañó generaciones enteras de jóvenes, la búsqueda de un ideal utópico donde la música era la principal via de escape y de la que hoy ya queda poco y nada.

Como se viene diciendo en otras reseñas: ojalá que este pequeño gran éxito sea el puntapié para más biopics del rock argentino y podamos ver a Spinetta, Charly y Cantilo nuevamente en alguna futura edición de esta productora.
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Fly
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6
15 de julio de 2022
2 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de haber visto Obi-Wan, me quedé con la impresión que esta historia no sólo tuvo muchos elementos desaprovechados sino además una gran falta de personalidad a la hora de encarar el proyecto.

Por un lado, lo que todos ya han mencionado: Ewan McGregor y Hayden Christensen encarnando al Obi-Wan y Anakin de la triología original no tienen precio. Buscar relatar los sucesos de la infancia de los hermanos Skywalker no sólo es una sorpresa sino un gran acierto. Referenciar varios sucesos con el fin de la trilogía de los episodios I, II y III es otro abrazo al pasado de Lucas Films.

Pero no sólo echaron por la borda oportunidades de oro sino además que apostaron con demasiada seguridad a un producto que le faltó personalidad. Después del éxito mundial de The Mandalorian, parece que Disney sigue sin entender las diferencias entre un producto aclamado por la crítica y otro defenestrado: la personalidad creativa a la hora de aportar algo al universo Star Wars.

Si algo ganó The Mandalorian es originalidad: poco nexo común con la trilogía original, poco nexo con la familia Skywalker, personajes principales muy diferentes a los de cualquier saga, un clima sobrio y controlado, una banda sonora atrapante y a la vez diferente a la de Williams.
La libertad con la que contó esa saga fue la que permitió que los fans dijeran "hey, esto es nuevo de verdad y no están arruinando los recuerdos de nuestra infancia".

Pero en Obi-Wan Kenobi la cosa vuelve a repetir errores de la trilogía Disney: personajes reciclados junto a personajes nuevos que no compatibilizan bien con el universo de George Lucas.
Por alguna razón, los ejecutivos de Disney insisten en apegarse al ya maltratado legado de las viejas trilogías y pareciera que no entendieron que "el camino" que se marcó con The Mandalorian tiene mucho que ver con aportar nuevas ideas al universo, bajo la perspectiva creativa que tenga cada director, y no tanto con reescribir mil veces la historia que ya conocemos, ya que la nostalgia de los fans ya se consumó hace mucho en el polémico Episodio 7 y se bastardeó del todo en el Episodio 8.

Volviendo a esta nueva miniserie, existe un exceso de situaciones de acción donde no prima la inteligencia de los personajes sino la mera suerte y situaciones que se resuelven con excesiva rapidez sin responder preguntas tales cómo:
¿Cuándo llegó este personaje a este lugar? ¿Cómo llegó tan rápido aquí? ¿Por qué hace esto si hace diez minutos atrás dijo que iba a hacer lo contrario? ¿Cómo supo que tal y cual personas iban a estar en tal lugar?

La cantidad de huecos argumentales llegan a molestar y arruinan por completo el ritmo narrativo. Los personajes hablan muy poco y cuando lo hacen dicen incoherencias, o contradicen su propio espíritu. Parecen ser guiados por sus emociones, sus rencores y sus miedos, pero a la vez resuelven estos conflictos automáticamente y sin dar una buena justificación (estos personajes son varios, pero el personaje de la "Tercera Hermana" se lleva todos los premios, al nivel de ser más fastidiosa que Jar Jar Binks).

Si obviamos muchos de estos fallos, no deja de ser una serie entretenida, que de no existir no nos estaríamos perdiendo mucho dentro de lo que hoy se podría considerar "canon".
La serie merece ser vista por lo que implica volver a ver en pantalla a viejos personajes y viejos actores, en otra linea de tiempo, y su eterna vinculación con la familia Skywalker.

Que podría haber estado mucho mejor, no tengo dudas. Que podría haber sido peor, tampoco.
Fly
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4
15 de febrero de 2022
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay dos formas de analizar este live action:
1) Desconociendo que existe un animé detrás creado por Shinichiro Watanabe.
2) Habiendo visto la obra original, donde las comparaciones son inevitable tras cada capítulo.

Como soy parte del segundo grupo, voy a centrarme en las comparaciones, pero sin ignorar que existe un primer grupo donde esta es su primera experiencia con el universo de Cowboy Bebop.

En ambas versiones, Cowboy Bebop es una serie de acción con estética cyberpunk, donde tres cazarrecompensas se ganan la vida en un distópico futuro donde la humanidad colonizó gran parte de la vía lactea y los viajes espaciales son moneda corriente, aunque los problemas sociales siguen de raíz.
Sin embargo, ambas versiones se diferencian profundamente en la elaboración de su guión y el clima que buscan transmitir. El animé es extremadamente nostálgico y pausado. La producción de Netflix desechó por completo esta ambientación, creando un producto más cercano a la idiosincrasia de Marvel, donde el humor y los diálogos son mucho más recurrentes a modo de sitcom.

La estética tiene altibajos: el CGI espacial está al nivel de Hollywood, pero en las escenas de acción el montaje es confuso: los actores dan la sensación de no estar ahí, perdiendo en realismo. Hay planos fotográficos que por momentos intentan imitar al animé, pero se sienten antinaturales y difíciles de digerir, fallando por completo en la estética que se busca lograr.

Los actores han sido criticados por no asemejarse físicamente ni en edad a los personajes del animé, pero la elección del reparto actoral es acertada y sus habilidades actorales se ajustan al guión. John Cho, Mustafa Shakir y Daniella Pineda han intentado dar el mejor esfuerzo por congeniar este equipo. La chispa de la complicidad entre Spike y Jet funciona aún más naturalmente que el animé (excepto en el final, leer spoilers), y Faye es el "relajo cómico" que oscila entre ser odiosa y ser la heroína del equipo cuando conviene en la trama, aunque en muchos capítulos la tienen sin hacer nada.

El guión está afectado por una serie de malas decisiones:

- Cada capítulo toma algo de la serie original y lo altera alevosamente: este es, sin dudarlo, el principal motivo que hizo disgustar a los fans de la serie animada.
Los directores de Netflix consideraron que era mejor rehacer cada capítulo original modificando detalles sin un criterio bien definido. Esto genera la confusa sensación de alterar tus recuerdos sobre el animé, y que mucho de lo que sabías sobre los personajes no era tal, a semejante punto que te obliga a reveer el animé y averiguar las diferencias.
A modo de ejemplo, la historia sobre el pasado de Spike se muestra a cuentagotas en el animé, de manera tal que el espectador se ve obligado a inferir los detalles. Y esto nos lleva a concluir que...

- Se sobreexplica lo que es evidente. El animé no necesitaba más que una o dos pinceladas para elaborar la historia uno mismo, condensando información en pocas imágenes, permitiendo que el espectador interprete hechos y dejando misterios sin resolver. Se evidencia entonces que muchos diálogos se dan para tapar huecos, porque...

- Los capítulos son demasiado largos, o son demasiados capítulos para una primera temporada. El animé consta de 26 capítulos de menos de 25 minutos cada uno para contarte una historia. En el live-action necesitan más de 45' minutos para elaborar la misma historia pero adicionando una subtrama entre Vicious, Julia y Spike que no cierra, entre otros diálogos huecos y carentes de sentido.

Creo que la serie hubiese funcionado mejor si:

- Cada capítulo fuese más corto, o hubiesen lanzado menos capítulos como primer temporada. Netflix decidió apostar su presupuesto en rellenar horas de catálogo en una serie que al mes de ser lanzada ya fue cancelada por baja audiencia y malas críticas.

- Hubiesen esforzado menos tiempo en replicar la serie original. Watanabe entendió que la película animada del 2001 ("Knockin' on Heaven 's Door") debía ser una historia independiente de la serie para que funcionara.
Alterar historias ya creadas no hacen más que generar frustración a los viejos fans y confusión a los nuevos espectadores, quienes quizás vean el animé después.

- Hubiesen intentado mantener el "espíritu" original del animé. El guión del animé prestaba atención a los detalles, era contemplativo y con muy poco se decía lo suficiente. Cada capítulo tenía una filosofía por detrás y solían concluir dejándote un agujero en el estómago deseando que los personajes tuvieran una mejor suerte.
Cuando faltaban los diálogos, la música se hacía presente y dominaba la narración a través de los sentimientos que transmitía cada tema de Yoko Kanno. Aquí la música queda relegada a un desmerecido segundo plano.

Finalmente diré que este live action tenía mucho para triunfar: buen presupuesto, una excelente banda sonora y efectos especiales decentes.
Obviando las comparaciones con el animé, la serie tiene condimentos que pueden funcionar con un recién llegado al universo del Bebop y resultar entretenido pese a sus fallos.
Pero la producción no tuvo amor por el espectador: ni por el nuevo ni por el fan del animé. Apostaron de lleno a rehacer una historia que ya estaba bien contada, a reestructurar hechos y reelaborar personajes, sin tomarse nada en serio.

Pensando como admirador de la obra original, no puedo obviar que han vandalizado y faltado el respeto a un producto que no se merecía tanto manoseo.
Pensando como televidente novato, y perdonando muchas fallas, diría que la adaptación intenta ser divertida cuando no lo es, sin profundidad, con una historia estirada y poco convincente, dando como resultado un pastiche bizarro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Fly
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