"Mr. Robot" es una obra que recordaré siempre, que me ha parecido asombrosa en su conjunto, y realmente arriesgada en su concepción, evolución y resolución.

Difícil resumir en palabras su trama sin hacer "spoilers", pero básicamente trata sobre un trabajador de una empresa de ciberseguridad (Rami Malek) que abre los ojos ante las injusticias existentes del mundo gracias a Mr. Robot (Christian Slater), un hombre misterioso que tiene como objetivo el de derrotar a aquellos privilegiados que controlan y se lucran de todo lo que sucede en la sociedad.

Las cuatro temporadas que la componen se encuentran a un nivel altísimo, aunque sí que es cierto que la primera mitad de la segunda es un poco rara y lenta (no por ello mala, ya que a mí me gustó prácticamente igual que el resto de ella).

La fotografía, dirección y BSO son casi perfectas, y además, tanto la propia trama -que va evolucionando de forma lógica durante toda la serie- como las actuaciones también destacan muchísimo; la actuación de Malek es sencillamente apabullante, y las de Carly Chaikin, BD Wong, Christian Slater, Portia Doubleday, Michael Christofer, Elliot Villar, Martin Wallström, y Grace Gummer, también se encuentran a un nivel excelso.

En cuanto al desarrollo de la serie, este cuenta con muchos giros de guion, y si bien algunos de ellos al principio no te acaban de gustar, al final todos ellos les he visto el sentido, y me han terminado pareciendo idóneos.

Difícilmente se puede disfrutar de una serie con tantas bondades en cada uno de sus apartados, aunque reconozco que la serie no es para todo el mundo, ya que al ahondar tanto en la mente de Elliot Anderson (Malek), a veces se convierte en una serie "densa" y que hace falta conectar con ella para poder disfrutarla plenamente (en este aspecto me recuerda un poco a otras grandísimas series como "Twin Peaks" o "Hannibal").

Además de todo lo comentado, no se puede dejar de aplaudir todos los riesgos que lleva a cabo (y son muchos), y lo bien que combina su estética y realización tan trabajadas con su propia historia. Son muchos los episodios que me parecen excelentes, y sus dos últimas temporadas desde mi punto de vista son historia viva de la televisión: increíble el quinto episodio de su 3ª temporada, puesto que su realización debió ser una tarea titánica.

De la misma forma, tanto su episodio piloto como su colofón los percibo como obras maestras, y escenas como la del bosque de su cuarta temporada me emocionaron de un modo difícil de describir -nuevamente, su banda sonora tiene mucho que ver en ello-.

No me alargo más en dicha reflexión, y como conclusión sólo me queda agradecer a Sam Esmail (su creador, y director y guionista de casi toda la serie, y cuyo talento me ha sorprendido), Rami Malek y compañía por haber creado una de las series que más recordaré. Ha sido un viaje sencillamente increíble.

"Goodbye, friend".