Me ha parecido una película un tanto absurda, de una bella mujer, solitaria, en busca de afecto; que decide vivir una aventura con un hombre que acaba de conocer, al que cree amar, pero que se siente atraída también por sus amigos, que está en contra de todo lo que hacen ellos, y que intenta imponerles su sensible punto de vista. Amena por momentos, pero con momentos demasiados largos sin que suceda nada trascendental, nostálgica, con un final incierto para sus protagonistas. Si no la ves, no te pierdes de mucho, solo el culo de la Monroe.

El adjetivo que yo le daría es de divertida, película con la que no me he aburrido ni un solo instante, gracias a unos diálogos mordaces como pocos de fino humor, y personajes concretos que de a poco aparecen en la historia para cumplir a cabalidad su cometido. Nos relata la historia de un pacifico pescador que se verá envuelto en la mitad de un conflicto ante la necesidad de ganar un poco de dinero; llevándonos así por una aventura cómica, romántica y bélica. Me agrada mucho esa sensación de guerra que se respira en el ambiente ocasionado desde luego por la confrontación que se vivía en ese momento. Una cosa sí, no le pondré más nota solo por tratarse de un clásico o porque aparezca el fumador empedernido de Bogart posando en cada plano. Es buena pero obra maestra no es.

Esa sensación de zozobra, de cuando hacemos algo malo y sabemos que nos van a descubrir, es lo que nos transmite a la perfección está película; creando un fuerte vínculo con su protagonista, que nos hace sentir toda la angustia y desesperación que él está viviendo, que hasta podría decirse, llegamos a sudar frio de ponernos en sus zapatos. Desde luego, esperando un avante final para él, si estuviéramos en su lugar. Esta atroz historia, que nos mantiene tensos durante toda su duración, nos depara muchas sorpresas, que hacen que sea un taco de dinamita encendido en nuestras manos, pura explosión; donde la ambición llevará a un común vendedor de seguros a su total perdición. Original historia de tragedia para ver y sentir.

Creo que sí, puedo decir con toda seguridad que he visto una obra maestra del séptimo arte. Después de escarbar aquí y allá, de examinar con ojo de lupa cuanta película se me cruzaba en el camino, la encontré, por fin, la búsqueda terminó, ya podré morir en paz. Esperaba una más, pasar tan solo el tiempo, nunca había oído antes hablar de ella, y nunca leí nada que me diera alguna pista, solo me senté a verla; pero desde sus créditos en su comienzo, supe que era especial, al finalizar, después de conocer aquella densa verdad que esconden sus protagonistas, sin sospechar lo más mínimo lo que sucedía, no me quedó más que pararme y aplaudir. Tanto su fondo como su forma han colmado mis expectativas.

Relato sencillo, fácil de seguir, sin gran complicación en su narración; sin mayores sobresaltos en cuanto a su historia, pero que logra seducir gracias a estas cualidades, manteniendo la expectación hasta el final. Cuenta las aventuras de un padre y su hijo, en su travesía en busca de una mejor fortuna a través de una agreste región de Rusia. En la que siempre encontrarán alguien que les tenderá la mano. Donde se recrea el fuerte vínculo, y el inquebrantable amor, entre un padre y un hijo, que pese a las dificultades que tendrán que sortear, permanecerán juntos, siempre contando con el apoyo mutuo. Película que enseña que se puede ser feliz con las pequeñas cosas de la vida. Buena. Que pasa rápido. Que nos hace valorar mucho más las cosas que tenemos. Para verla en familia.