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Críticas de Luis Guillermo Cardona
Críticas 3.333
Críticas ordenadas por utilidad
9
28 de enero de 2019
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1942, durante la II Guerra Mundial, un sargento y dos soldados estadounidenses que han sobrevivido a un cruento ataque nazi en el desierto de Libia, sólo tienen un tanque para obedecer la orden de retirada y poner a salvo sus vidas. En el camino se encuentran con un minúsculo grupo de aliados europeos… y juntos emprenderán la búsqueda de una salida que no parece nada fácil, pues, además de que tendrán detrás a varios centenares de enemigos, les urge encontrar agua para poder sobrevivir.

Lo que ocurrirá, desde entonces, servirá para ilustrar que, cuando se lucha por un objetivo común, desaparecen los prejuicios, se alienta el valor y se fomenta la unidad. De otra manera quedarán muy bien plantados los horrores y las atrocidades de la guerra… y, ¡aunque no lo creas, también veremos cómo ciertos milagros a veces se producen!

“SAHARA”, funciona como una sensible metáfora donde la sinergia, la solidaridad y el compromiso muestran los poderosos resultados que pueden llegar a producirse cuando, con buena voluntad, se persiste en los propósitos. Habrá tareas casi inhumanas; habrá sacrificios y vidas truncadas, pero en la vida (o en la muerte) el triunfo será un hecho cuando se hizo con entereza lo que se debía.

Remake de la película, “Trinadtsat” (Los Trece, 1937) que el director ruso, Mikhail Romm, ambientara en un páramo asiático, “SAHARA” es dirigida por el director húngaro, Zoltan Korda, y como el título indica, éste trasladó la historia al norte de África, y la llevó hasta el año 1942, durante IIGM. El propósito de abogar por la más plena unión de los países aliados se preserva intacto, y Korda -también un hombre de izquierda-, sabrá mostrar al fascismo con objetividad, pero, sin perder el más humano de los horizontes.

John Howard Lawson y el propio Korda, se encargaron del nuevo guion, y la puesta al día de esta magnífica historia logra a cabalidad su cometido, dando como resultado otra memorable aventura bélica en la que ambientación, diálogos e interpretaciones son todos de primera línea.

Aprovechando su privilegiada posibilidad de estar simultáneamente en dos estudios, Humphrey Bogart, firmó contrato con la Columbia Pictures para poder estar en esta producción que, una vez más, reafirmaría su condición de estrella AAA, y el rol que nos ofrece (el sargento Joe Gunn) es impecable tratando de mantener unidos a representantes de varias naciones y dándoles ejemplo de la más alta moral.

Complementan el reparto, Rex Ingram (Sarg. Mayor Tambul), un senegalés que, quizás se encargue de demostrar cuales son los verdaderos valores humanos; J. Carrol Naish, quien, por su rol de Giuseppe sería nominado al Oscar; y entre otros, Bruce Bennett, quien, como Waco, tendrá una difícil misión.

Diez años después -y sin crédito alguno para no prevenir a la abominable HUAC- André de Toth haría una nueva versión de esta historia, ambientándola en el oeste estadounidense y titulándola, “Last of the Comanches”.

Créanmelo, “SAHARA” es de esos filmes que da verdadero gusto ver.
Luis Guillermo Cardona
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8
5 de febrero de 2018
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Toda vez que leo o veo una tragedia griega que lleve la firma de Sófocles, Esquilo o Eurípides, me siento plenamente complacido. La profundidad que suele haber en su lenguaje; la lúcida manera de comprender la naturaleza humana, y la precisión con la que se plasma a la sociedad que éstos grandes autores padecieron, es arte puro y produce un placer indescriptible aún en medio de las crueldades y atrocidades que suelen describir.

De estas pequeñas (en tamaño), pero brillantes (en su estructura) obras teatrales, nunca se sale indiferente y mucho menos se sigue igual, pues, llegan hasta el alma humana con conflictos que, aunque parecen muy distantes de lo que nosotros vivimos, en realidad no lo son tanto cuando se sabe bajarlos al respectivo nivel, porque, lo que hacen los grandes dramaturgos griegos, es confrontar los abusos de poder, la tiranía, las rancias tradiciones, la sumisión femenina, las leyes del Estado que van contra la ley de Dios… al tiempo que exaltan el Amor, la lealtad a todo riesgo, y el compromiso del ser humano con las transformaciones sociales.

Sófocles (Σοφοκλῆς), autor de connotadas posiciones dentro de la política griega (fue el Heletómano: Administrador del tesoro de la Liga de Delos y también fue Strategos: Comandante en jefe del ejército al tiempo que magistrado), presentó por primera vez, “Antígona” (Ἀντιγόνη), en el año 442 a. de C., y en ella, dos hermanas surgirán como los polos opuestos de la mujer en sociedad: La mayor, Antígona, fiel a las leyes divinas, leal al hermano asesinado, y rebelde ante los decretos del Estado. La menor, Ismene, sujeta a los dictámenes del rey, símbolo de la sumisión femenina, y débil aún frente a su propia conciencia; y ante ambas, el rey autócrata, Creonte -tío del par de hermanas-, quien siente que jamás debe dar su brazo a torcer y que cualquier dictamen suyo por absurdo que parezca debe mantenerlo o perderá la confianza y el respeto de sus súbditos. El meollo del asunto es la muerte de los dos hermanos varones de las dos muchachas. El uno por defender a Tebas y el otro por atacar y por querer, supuestamente, esclavizarla. El primero, es enterrado con honores, y al segundo, el rey lo condena a ser pasto de los buitres al prohibir que sea sepultado por persona alguna… pero, hay alguien que está dispuesto a enterrarlo contra la voluntad del rey.

Los diálogos son sobriamente cuidados; cada frase define condiciones sociales, caracteres y sentires en contravía. La trama funciona muy bien como secuela de “Edipo Rey”, ya que las protagonistas son hijas de Edipo, y Creonte es hermano de Yocasta, su esposa. Tiresías vuelve a ser el anciano profeta… y la tragedia vuelve a ser el destino de una familia que pareciera maldita por alguna razón para todos vedada.

La adaptación cinematográfica, la hace esta vez, Giorgos Tzavellas, quien se ajusta bastante a la obra, modificando tan sólo pequeños detalles y recortando diálogos para hacerla accesible al público general. Él mismo, con su amplia experiencia en la dirección teatral, se encargó de dirigir plenamente convencido de que unas buenas actuaciones y el inmortal texto de Sófocles, serían material suficiente para que la película hiciese historia.

La austeridad de recursos es evidente en la puesta en escena, pero la trama pronto nos envuelve en su sensible conflicto y el buen hacer de, Manos Katrakis (como Creonte), Irene Papas (Antígona), Maro Kodou (Ismene), Giannis Argyris (el guardia) y otros, contribuye notablemente para que, <<ANTÍGONA>>, deje huella y nos quede bien claro que, lo mejor que en su vida puede hacer el hombre es seguir los dictámenes de Dios.
Luis Guillermo Cardona
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10
26 de diciembre de 2017
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Periodista, novelista y documentalista, graduado en la Latymer School, John Prebble (1915-2001), fue especialmente conocido por sus profundos estudios de la historia escocesa. Miembro del Partido Comunista de Gran Bretaña, sirvió como reportero en la artillería real durante la II Guerra Mundial, tarea de la que surgieron sus novelas Where the Sea Breaks (1944) y The Edge of Darkness (1947). Dado que parte de su familia tenía raíces cheyennes, esto despertó en Prebble un amplio interés por el conocimiento del oeste estadounidense y por las culturas aborígenes en general, y muchos de sus escritos apuntarían en esta dirección. La película, “White Feather” (Robert D. Webb, 1955), se basaría en una de estas historias.

En 1958, Prebble publicó en la revista, Lilliput, un impactante artículo titulado, “Slaughter in the sun”, en el cual describía los hechos ocurridos el 22 y 23 de enero de 1879, durante la larga guerra que desataron los ingleses contra los zulúes en su afán imperialista de apoderarse de sus tierras. El 11 de diciembre de 1878, agentes británicos entregaron, en Suráfrica, un ultimátum a los 11 jefes de los diferentes pueblos zulúes representados por su último rey Cetshwayo, exigiéndole desmontar su ejército y acogerse a la autoridad británica. Cetshwayo, rehusó semejante improperio y se lanzó a la guerra contra los ingleses el 12 de enero de 1879. Durante la batalla de Isandhlwana, los zulúes acabaron con cerca de 1.200 soldados ingleses y se prepararon para atacar a un reducto estacionado en Rorke’s Drift, comandado por un sargento-ingeniero, enviado allí para construir un puente con una columna de 100 soldados. La batalla de Rorke’s Drift, sonaba bastante desigual: 4 mil guerreros zulúes contra un centenar de soldados británicos, con unos cuantos enfermos o heridos… pero, lo ocurrido allí, dejaría una profunda huella, porque, el valor y la honorabilidad, estarían en primer plano para dar un sorprendente giro a un hecho histórico de enorme significado.

Prebble y el propio director, Cy Endfield, se encargaron de la adaptación cinematográfica de esta magnífica historia, y el resultado es una película épica de las de nunca olvidar. Consecuente, fiel a la verdad y no a una bandera, Endfield se propone ir hasta el fondo de esta singular batalla que, en la línea de “The Lost Patrol” (1934), “El Álamo” (1960) y otras tantas historias de encerronas, consigue trascenderlas sobradamente, con la fuerte humanidad de sus personajes.

Más que la acción y las batallas, lo que pesa en “ZULÚ”, es el sentir de los protagonistas de uno y otro bando, y la interpretación que surge cuando, el bóer -personaje imprescindible que acompaña a los ingleses-, va explicando las estrategias y las motivaciones del pueblo zulú (no por nada, este nombre significa cielo o firmamento). Quizás se explique, entonces, porqué la obcecada actitud del misionero sueco en evitar el enfrentamiento… y quizás nos llegue hasta el fondo del alma, el remordimiento y la vergüenza que llegan a sentir algunos protagonistas.

El notable reparto incluye a Stanley Baker -en su quinta aparición junto a Cy Endfield-, como el contradictorio y notable sargento John Chard, un ser en conflicto que expresa más con sus gestos que con lo que dice; Jack Hawkins como el sr. Witt, amigo de los ingleses, pero más amigo de los zulúes; Michael Caine, el infante Bromhead de muy apreciable personalidad; y entre otros, Ulla Jacobson, la misionera sueca empeñada en salvar a los enfermos de una guerra que considera absurda.

La fotografía de Stephen Dade, impecable y majestuosa, y el tema central de John Barry con una efectividad inmejorable.

… pero, los ingleses nunca entendieron el ejercicio de integridad que hicieron los zulúes al enfrentar siempre a su ejército en igualdad numérica, y la historia les daría el triunfo final ¡porque sus métodos eran los de las potencias “civilizadas”!

Con, “ZULÚ”, Cy Endfield ha alcanzado la cumbre cinematográfica.
Luis Guillermo Cardona
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7
3 de septiembre de 2017
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras haber hecho presencia en Sudáfrica, en el conficto entre Chad y Libia por la franja de Aouzou –del cual Francia y los EEUU no saldrían muy bien librados-, el periodista estadounidense Russel Price y el mercenario Oates, volverán a encontrarse en Nicaragua (año 1979), donde está la acción que le ofrecerá nuevas e impactantes fotos dignas de reconocimiento al primero, y dinero sucio al segundo por matar al enemigo de quien lo contrate. Las cosas así, harán que cada quien mire la guerra desde su propio lado, pero, cada uno respetará al otro haga lo que haga… ¡hasta para eso sirve la amistad!

Sin embargo, a medida que van quedando al descubierto la suerte de infamias que la dictadura de Anastasio Somoza -apoyada y so$tenida por los EEUU-, está cometiendo con el pueblo nicaragüense, Price, y también su amiga Claire, comenzarán a sentir que algo muy dentro se les remueve irremediablemente.

“BAJO EL FUEGO”, es una película que, como muchas de aquellas que se han hecho ambientadas en la II Guerra Mundial, no pretende ser una historia completamente verídica, sino servirse del momento histórico para crear un conflicto propio sin afanes estrictamente documentales. Así, el personaje de Rafael y todo lo que sucede con él es completamente imaginario (hasta el sensible plano en que se le asemeja al Ché Guevara); el romance entre Price y Claire, también es pura ficción, pero, son verídicos los hechos generales que ocurren en el entorno de la revolución nicaragüense… y hasta la muerte del corresponsal, Alex Crazier, es una representación bastante aproximada al asesinato del reportero de ABC News, Bill Stewart, cometido por el ejército somocista, el 20 de junio de 1979.

En su momento y por lo reciente del tema, muchos esperábamos una historia fidedigna de una de las guerras civiles más cruentas que hayan sucedido en América Latina, y que, el director Roger Spottiswoode, no deje claro desde el principio su verdadero propósito, llevó a que muchos viéramos la película como una falsificación de la historia y llegáramos casi a desconocer los méritos que sin duda tiene.

Pero, para algo sirve el paso del tiempo y la madurez, y vista ahora, “BAJO EL FUEGO”, en su claro entorno de semi-ficción -que, a Spottiswoode, le sirvió como argumento para ahuyentar cualquier resquemor contra ella-, siento que, es una muy buena semblanza de la manera como, el conocimiento concienzudo de la realidad, nos lleva a ponernos en el más justo lugar. A fin de cuentas, la imparcialidad es un imposible cuando se tiene corazón y unas buenas razones (co-razón).

Excelentes actuaciones de Nick Nolte como Russel Price, el periodista que se siente más amenazado por las fuerzas leales al gobierno que por la propia guerrilla revolucionaria. Gene Hackman (Alex Crazier), muy preciso y sensato al saber que está perdiendo a su mujer. Ed Harris, el hombre sin alma dispuesto siempre a venderse al mejor postor. Jean-Louis Trintignant (en su primera película hollywoodense) como el inefable Marcel Jazy… y hasta, Joanna Cassidy, aunque resulta demasiado conspicua para un entorno como ese en el que se mueve tan osadamente, y creo que resulta mejor librada de lo que, en la realidad, podría haberle ocurrido; pero bueno, yo soy de los que acepto que los milagros existen sin duda alguna; y siento el deseo de mencionar a Elpidia Carrillo, una actriz mexicana que ya había dado el salto grande al cine de habla inglesa (“The Frontier”, “The Honorary Consul”) quien, aquí, resulta bastante subestimada, haciendo de la guerrillera sandinista que, en tan sólo una escena, lucha al lado de Pedro.

Con todo, creo ahora que, Spottiswoode, ha logrado aquí su mejor película.

Título para Latinoamérica: BAJO FUEGO
Luis Guillermo Cardona
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10
6 de julio de 2017
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hasta la fecha, ha habido dos ocasiones en la historia, en que los Estados Unidos de Norteamérica han llegado a la altamente peligrosa DEFCON 2, muy cerca de desatar una Guerra Nuclear. La primera, durante la Guerra Fría con el bloqueo de Berlín y los llamados ejercicios Able Archer 83; y la segunda, durante la Crisis del Caribe, cuando ante la amenaza de EEUU de invadir a la Cuba de Fidel, el 15 de Octubre de 1962 la URSS colocó allí varios misiles R-6 con el propósito de protegerla.

¿Y qué es DEFCON? Es una abreviatura de Defense Condition (Condición de Defensa) con que se determina ciertos estados de alerta progresiva, cuya disponibilidad para ser activados está en manos de la Junta de Jefes del Estado Mayor y los comandantes de las fuerzas armadas. La DEFCON va de 5 a 1 (5 para estados de máxima relajación… ¿los habrá habido? y 1 como comprobación de un ataque inminente que debe enfrentarse de inmediato.

Sobre un supuesto caso de una falla técnica en los sistemas estadounidenses que pone al país al punto de un bombardeo contra Moscú, fue que los expertos en ciencias políticas, Eugene Burdick y Harvey Wheeler, escribieron la novela “Fail Safe” que publicaron en 1962. El título, se refiere a ese sistema ‘a prueba de fallos’ que la SAC (Strategic Air Command), está(ba) convencido de tener para prevenir que un bombardero estadounidense cruce el espacio aéreo soviético, con lo cual podría precipitar una guerra nuclear.

Aunque, Peter George -autor de la novela Red Alert (1958), en la que se inspirara Stanley Kubrick para su también magistral filme “Dr. Strangelove”-, abrió contra los autores de “Fail Safe” una demanda por supuesto plagio, ésta no prosperó, y ambos filmes, semejantes en sus propósitos generales, pero muy diferentes en sus particularidades, fueron estrenados por el mismo estudio (la 20th Century Fox), en 1964.

Lo que se nos ofrece aquí, es otra impactante, profunda y muy emotiva advertencia de los peligros que corre la humanidad, cuanto ciertos megalómanos comienzan a infiltrarse en los organismos de poder y seguridad de las grandes potencias. Por suerte, en esta historia, estamos ante dos representantes de la más elevada sensatez, pero, ¿los tendremos siempre?... ¿o llegará, quizás, ese deplorable día en que, así como el amor dio lugar a este maravilloso mundo y a esta grandiosa humanidad, sea el odio de algún absurdo prepotente el que consiga destruirnos?

Magníficos diálogos, logrados con el más preclaro conocimiento de causa, van a dar cuenta de los peligros que se ciernen sobre la humanidad con la demencial carrera armamentista, y una visión de futuro perfectamente delineada, quedará expuesta para que decidamos si seguimos con este tenebroso juego o despertamos, por fin, como seres racionales.

Walter Bernstein, aportó una brillantísima adaptación de la novela que, el director Sidney Lumet, supo convertir en un drama y un thriller del más alto calibre. La puesta en escena, plena de sobriedad a todo nivel, consigue que la sintamos creíble y que nos convirtamos en personajes invisibles de la trama. La iluminación, colmada de claroscuros y de muy marcados grises, nos remite a un pasado-presente plagado de angustias y fatalismo. La ausencia de música alguna hace que cada silencio resulte tenebroso… Y cada frase –según sea el personaje- nos devuelve la esperanza o nos pone a sentir que, ante nuestra indiferencia, la demencia puede, de repente un día, dominar el mundo.

El reparto es impecable: Dan O’Herlihy (el General Black), Henry Fonda (el Presidente de los EEUU), Walter Matthau (el deplorable consejero civil), Larry Hagman (el perfecto traductor), Frank Overton (el general Bogan)... Unos, de manera ferviente y sabia comprometidos con la paz del mundo… y algunos inclementes empeñados en arrojarnos por el abismo.

Título para Latinoamérica: LÍMITE DE SEGURIDAD
Luis Guillermo Cardona
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