La primera temporada de Extant no está mal, con una buena base de ciencia ficción más o menos sólida y un guión que progresa con cierta lógica y contexto. No es la mejor serie de cifi hecha, pero se deja ver bien. El principal problema está con la llegada de la segunda temporada, momento en que el guión de la serie empieza a dar bandazos de un lado a otro, se suceden las situaciones sin explicar o que contradicen lo anterior, se crea un drama que no tiene más sentido que aumentar la audiencia y se olvidan de buena parte de las buenas ideas de la primera temporada. El resultado es una serie que ha perdido el norte y su camino va a tumbos. Claramente, a mi no me van a tener pendiente de la tercera temporada.

Sin llegar a ser desternillante, Ant-Man si goza de un buen sentido del humor, que juga a ratos entre lo simplemente cómico y el humor más absurdo. Con personajes prototípicos pero llevados bien, sin tomarse demasido en serio a si misma y con un guión que consigue sacarle buen partido a sus herramientas, el resultado son un par de horas muy entretenidas en el cine de las que, un par de días después, queda buen sabor de boca y un par de escenas especialmente graciosas.

¿Sentido? ¿Coherencia? ¿Lógica? ¿Desarrollo de personajes? Kung Fury rechaza todas esas cosas inútiles y ofrece exactamente lo que promete: una buena dosis de topicos y coñas de los 90, acción y referencias. 30 minutos de non-stop risas, y moloneidad más-que-ochentera. Las interpretaciones no son las mejores, ni lo es ni de lejos el guión, pero entre las risas y la acción, el tiempo dedicado a la película es más que recompensado por la misma.

Bajo la apariencia de una historia medieval fantástica, Los Últimos Caballeros en realidad es una historia que tiene un corazón oriental. De hecho, tanto es así que no sólo la estética (más allá de la apariencia) es oriental en las ropas o las espadas, sino que la historia misma es una interesante adaptación de una conocida leyenda oriental (no diré cual para no spoilear la película). Buenas interpretaciones, una buena reinterpretación de la mitología oriental y su estética que se mezcla con lo occidental y un buen guión, lento y cuidadoso, nos sirve un clásico drama con buenos momentos de acción e incluso algunos momentos épicos.

Aprovechando que acaba de terminar el 4 de Julio, la televisión ha puesto varias películas sobre Estados Unidos. Y la dedicada a la figura de Lincoln es una película que realmente vale la pena. Una muy buena dirección y ambientación son el paquete que envuelve una historia que puede ir del discurso político a la risa de una anécdota, el drama de un momento familiar cotidiano o un breve retazo de una batalla. Todo eso con un guión muy bueno, que sabe sacarle partido a todas esas facetas y, al hacerlo, sacar a relucir tanto al político como a la persona que fue Lincoln.

Y esto es un elemento importante, porque la película no es una biografía completa de la vida y obras del padre de los Estados Unidos, sino que se centra únicamente en el final de su vida, en la lucha por conseguir la abolición de la esclavitud y el final de la Guerra Civil. Un momento lleno de complejidades y visiones contrapuestas, de debates importantes y choques muy fuertes y, sobretodo, el momento de su carrera en la que más decisiones difíciles tuvo que tomar.

Para la parte más sociológica de la crítica, consultar: http://tribulaciones.es/critica-de-pelicula-lincoln/