El realizador italiano, Gabriele Muccino, que nos sorprendió hace unos años con una comedia ágil y fresca como “El último beso”, nos muestra ahora, con todo el poder de Hollywood (y el dinero de Smith) una película lenta, predecible y ñoña. Es decir, esta búsqueda es un aburrimiento. Un aburrimiento de 130 minutos donde lo único interesante es el pequeño Smith.