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Voto de Naroa Lopetegi:
5
Romance. Drama En la puritana sociedad londinense de los años 50, Hester Collyer (Rachel Weisz), la esposa de un juez del Tribunal Supremo Sir William Collyer (Simon Russell Beale), lleva una vida privilegiada. Pero todo cambia cuando, para asombro de todos, decide dejar a su marido para irse a vivir con Freddie Page (Tom Hiddleston), un joven y apuesto ex piloto de la RAF del que ha caído profundamente enamorada. (FILMAFFINITY)
31 de julio de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi única experiencia con Terence Davis había sido ‘Sunset song’, que me dejó buen sabor de boca, así que ante la ardua cartelera de estos tiempos, me alegré mucho al ver que programaban esta famosa película en la Filmoteca de Catalunya.
Tras someterme durante hora y media a los desvelos de la pobre Rachel Weisz, mi balance es muy decepcionante. Es de esas veces en que no casa un análisis objetivo de los elementos con la experiencia espectadora vivida.
Así, no me atrevería en absoluto a desdeñar los aspectos cinematográficos de esta obra: tanto Rachel como sus replicantes masculinos se afanan en dotar de intensidad a sus personajes; la ambientación de un Londres aún asolado por la Segunda Guerra Mundial está muy trabajada, y la lúgubre fotografía es perfecto complemento a los dramátricos sucesos que se nos narran; el guión es profuso es riqueza expresiva, como cabía esperar de un texto adaptado de un éxito teatral… Todo rezume calidad cinéfila, y me daba perfecta cuenta de ello mientras transcurría el metraje.
Pero qué le vamos a hacer, yo no formo parte del público al que se dirige el señor Davis. Me gustan más las películas pausadas que las espídicas, las que priorizan los sentimientos que las que apelan a las vísceras o los puños… pero en este caso concreto me he aburrido bastante, creo que el freno de mano se le queda echado al director, y no hay manera de que me enganche al curso de la cinta. Además, me asalta constantemente la sensación de que no estoy en manos de un cineasta, sino de un dramaturgo, porque me sobra la afectación de los personajes, su dicción exacerbada, su teatralidad engolada. En ningún momento empatizo con los sufrimientos de ella (¿por que quería suicidarse?), y tampoco me cae especialmente bien el señor Page. Al final, con el que hago mejores migas es con el estirado magistrado, y no creo que ésa fuera la intención del autor…
Si lo llego a saber, me voy al Grec en vez de a la filmoteca…
Naroa Lopetegi
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