Las riadas, provocadas por el fenómeno de la gota fría, en la zona levantina, son una amenaza persistente que ha ido creando, alrededor de ellas: temor, leyendas y toda una cultura de resiliencia entre los pobladores.

Al final de un verano cualquiera, una joven pareja recién construida percibe los peligros del enamoramiento como una tormenta que se aproxima, de consecuencias insospechadas. Ella es fuerte y soñadora, pero marcada por la personalidad matriarcal, con tintes diferenciales y esotéricos de su abuela y su madre. Él es más débil, más fiel y. a su pesar, más tradicionalista.

Ana, aunque acepta con cierto orgullo ser un bicho raro, no puede escapar del influjo del agua y todas sus derivadas: miedo, admiración, mitología...

Precisos retratos, los de Elena López Riera, de estos seres de la Comunidad Valenciana, víctimas de una fuerza superior (el agua), tan necesaria y tan violenta, que afecta a todos sus comportamientos personales. Se luce particularmente con las tres mujeres; mostrando sus consistentes lazos familiares y sus cuitas amorosas, que convierten en diferentes, y hasta en brujas, a quienes se alejan sobre una escoba del adocenamiento por decreto.

Apreciable también la intriga creada en torno al incontrolable devenir.