Cuando las mejores escenas de una película son cortes de otras pelis o están protagonizadas por pensionistas, o la peli es Cocoon o algo no funciona. Aunque también tiene su mérito hacer una película repleta hasta los topes de referencias a la original pero depleta de su espíritu.

No son cazafantasmas, son unos niños jugando a ser cazafantasmas sacados de una peli de Spielberg, que hasta la música parece de Superman, con toques del Equipo A. Niños en un mundo paralelo donde en 2020 aún se idolatran los años 80. Que a los niños de 2020 de verdad esto les dará igual y les gustará la peli igualmente, porque está bien diseñada para que se hagan fans de la saga y pidan cosas para los Reyes.

Pero bien, el fiasco era esperado y yo me conformo con un par de escenas con Bill Murray, como la inter-créditos que sacó más risas al público que las dos horas anteriores. Lo que sí se podrían haber ahorrado es la resucitación de Harold Ramis. Me da igual que esté medio justificado por ser una peli de fantasmas, soy de la opinión de que nunca habría que usar la necromancia digital, independientemente de que dé el pego. Y en este caso, aunque van mejorando, no lo da del todo. Se quedó entre Harold Ramis y Pablo Motos.

Gustará a: extremótrofos, cancerberos, Carl Hamppe
No gustará a: malvaviscos, Fidel Castro, sheriffs