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España España · madrid
Voto de pela:
10
Drama. Romance Años 50. Frank (Leonardo DiCaprio) y April (Kate Winslet) se conocen en una fiesta y se enamoran. Ella quiere ser actriz. Él sueña con viajar para huir de la rutina y experimentar emociones nuevas. Con el tiempo se convierten en un estable matrimonio con dos hijos que vive en las afueras de Connecticut, pero no son felices. Ambos se enfrentan a un difícil dilema: o luchar por los sueños e ideales que siempre han perseguido o conformarse ... [+]
26 de febrero de 2009
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay muy pocos directores que consiguen que su obra oscile entre las buenas películas y las obras maestras, y en los tiempos que corren se pueden contar con los dedos de una mano. Uno de esos directores es Sam Mendes que en su adaptación de la novela de Peter Yates, Revolutionary Road, consigue adentrarnos en las silenciosas y dolorosas derrotas que se esconden tras las fachadas de esas hermosas casas color pastel que pueblan los tranquilos barrios de la clase media norteamericana. Al contrario que en Amerian Beauty, aquí sus armas no son la ironía y la tradición más ácida del humor anglosajón si no una dirección precisa que envuelve y secunda a los verdaderos protagonistas de la historia, esa pareja de americanos guapos, populares, ejemplares pero que tienen dentro de si un germen que finalmente les llevará a la autodestrucción: el ansía de ser diferentes. El valor, la fuerza, la sabiduría que requiere el ser diferente no está al alcance de cualquiera y en una sociedad, la de la américa de la posguerra, repugnantemente machista, ese valor y esa fuerza no pueden ser mantenidos por el más favorecido en el reparto de roles vitales, el varón, y su cobardía es el detonante de los acontecimientos que de una manera brutal ponen de manifiesto la fragilidad de aquellos cimientos que la clase media considera más sólidos. Kate Winslet está soberbia en la interpretación del personaje central, trasmitiendo credibilidad y ternura, y Leonardo di Caprio le da una réplica emotiva y repleta de matices, y consiguen que nos acordemos sólo después de salir de la sala de toda la inmensa riqueza que contiene la historia, y estemos durante las dos horas que dura la película, hipnotizados por la presencia de esos dos seres humanos a los cuales les están sucediendo cosas muy cercanas a cualquier espectador que verdaderamente quiera admitirlo. La dirección de Sam Mendes tiene la atmósfera y el color de la obra pictórica de Edward Hopper, y la desesperación, la soledad y el hastío que trasmiten los personajes de Hopper tienen una magnifica continuidad en todos los habitantes de esa perfecta hasta lo sórdido Revolutionary Road. Viendo esta película me viene a la mente el recuerdo del gran Douglas Sirk, que ya trazó, con un pincel menos desgarrador y más soterrado, las sombras que habitaban en la clase media-alta norteamericana de mediados de siglo XX. Películas como Imitation of life y all that heaven allows no pudieron llegar tan lejos como esta, eran otros tiempos, pero la imposibilidad de una vida plena y feliz en la encorseta vida burguesa americana late en ellas como late la rebelión que, ante su embrutecedor destino, lleva a April a cometer su terrible y revolucionario acto final.
pela
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