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Voto de metabaron:
5
5,1
44.532
Ciencia ficción. Intriga. Terror
En unos minutos, en las principales ciudades de Estados Unidos, se producen unas extrañas y escalofriantes muertes que escapan a toda explicación. Elliot Moore (Wahlberg), un profesor de ciencias de Filadelfia, intentando eludir este misterioso y letal fenómeno, se dirige a Pensilvania con su mujer (Deschanel), su amigo Julian (Leguizamo) y la hija de este; sin embargo, pronto queda de manifiesto que ningún lugar es seguro. Pero, de ... [+]
16 de julio de 2008
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pese a momentos no exentos de interés e inspiración -las abuelitas con máscaras de gas, el irónico cartel que anuncia un chalet piloto (en el que todo es de plástico) con un "esto es lo que te mereces"-, esta película no puede más que catalogarse de decepcionante. Su mensaje ecologista resulta tan naif como inefectivo -da más miedo el documental de Al Gore que su ingenua parábola ecologista, Mr. Manoj-, el cineasta se autoplagia -los ecos de "Señales" son aquí demasiado obvios-, la trama de amor que mantiene el film se agarra con alfileres y el "gancho" de la historia (interesante durante los minutos del prólogo) se revela como un error conceptual grave.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Hablemos del gancho: neurotoxinas asesinas arrastradas por el viento.
No funciona. ¿Por qué? ¡Sencillo! ES DEMASIADO ABSTRACTO. Incluso la niebla del film de Darabont tiene un componente de terror basado en lo físico -Lovecraftiano, sí, pero físico- del que carece este film. Y uno se encuentra a los protagonistas huyendo del viento, sometidos a una situación del gato y el ratón con fuerzas invisibles, inabarcables y de comportamiento caprichoso.
Y eso me lleva al clímax, un Deus ex machina (coincidencia para resolver la historia) obvio, fruto de una fuerza antagonista (la famosa neurotoxina) regida por una aleatoriedad extrema.
Y cualquiera que sepa un poco de guionismo sabe que las coincidencias excesivas no se llevan bien con la buena escritura de una película.
Pero claro: el cineasta de Filadelfia quedó cegado por la brillantez de partida de su idea, siendo incapaz de ver que no podía sostener un largometraje que apenas dura noventa minutos.
**NOTA: ¿A qué esa obsesion por las catástrofes? ¿Tan tocado ha quedado Hollywood tras el 11-S? Porque es que entre tipos que son leyenda, virus, neurotoxinas, monstruos atacando urbes y guerras de los mundos, estoy convencido de que los prebostes de la industria cinematográfica norteamericana quieren que muramos todos.**
No funciona. ¿Por qué? ¡Sencillo! ES DEMASIADO ABSTRACTO. Incluso la niebla del film de Darabont tiene un componente de terror basado en lo físico -Lovecraftiano, sí, pero físico- del que carece este film. Y uno se encuentra a los protagonistas huyendo del viento, sometidos a una situación del gato y el ratón con fuerzas invisibles, inabarcables y de comportamiento caprichoso.
Y eso me lleva al clímax, un Deus ex machina (coincidencia para resolver la historia) obvio, fruto de una fuerza antagonista (la famosa neurotoxina) regida por una aleatoriedad extrema.
Y cualquiera que sepa un poco de guionismo sabe que las coincidencias excesivas no se llevan bien con la buena escritura de una película.
Pero claro: el cineasta de Filadelfia quedó cegado por la brillantez de partida de su idea, siendo incapaz de ver que no podía sostener un largometraje que apenas dura noventa minutos.
**NOTA: ¿A qué esa obsesion por las catástrofes? ¿Tan tocado ha quedado Hollywood tras el 11-S? Porque es que entre tipos que son leyenda, virus, neurotoxinas, monstruos atacando urbes y guerras de los mundos, estoy convencido de que los prebostes de la industria cinematográfica norteamericana quieren que muramos todos.**